Mercado libre, al estilo financiero: cómo funciona el nuevo timo
Michael Hudson · · · · ·
29/03/09
Las informaciones de los periódicos parecen sorprendidas del modo tan resuelto con que los bancos están pujando al alza por las hipotecas basura que el secretario del Tesoro, Geithner, está subastando por la vía de movilizar la FDIC [Federal Deposit Insurance Corporation] y la Reserva Federal para transferir aún más fondos públicos a la banca. Las acciones de los bancos se disparan, lo que lleva al alza al índice Dow Jones de industriales, como si la “industria” financiera formara realmente parte de la economía industrial.
¿Cómo es que los peores delincuentes –Bank of America (ahora propietario de los ladrones de Countrywide) y Citibank— son los mayores compradores? Siendo como son quienes cometieron los peores abusos con los paquetes de CDO [obligaciones de deuda colateralizada, por sus siglas en inglés; T.], ¿no deberían hallarse en la mejor posición para comprender el escaso valor de sus hipotecas basura?
¡Pues esa es la clave! Obviamente, el gobierno ha fracasado a la hora de protegerse a sí propio: ha fracasado deliberada, intencionadamente, para permitir a los bancos desarrollar el siguiente timo.
Supóngase que un banco está sentado sobre una montaña de 10 millones de dólares de obligaciones de deuda colateralizada que fueron empaquetadas, digamos, por Countrywide a partir de hipotecas basura. Dada la alta proporción de fraude –un estudio reciente de Fitch descubrió que todos los paquetes examinados rebosaban fraude financiero—, ese paquete podría valer no más de 2 millones de dólares, puesto que la morosidad se ha disparado tanto en los “préstamos mentirosos” (dados en su día por buenos por las agencias de calificación) como en las hipotecas subprime, en las que los intermediarios hipotecarios mintieron también a la hora de redactar informes destinados a desventurados prestamistas o a ingeniosos operadores que aceptaban hipotecas por un valor superior al de las propiedades hipotecadas embolsándose el exceso.
El banco ofrece ahora 3 millones de dólares para volver a quedarse esta hipoteca. ¡Qué diablos! ¡Cuanto más pujen, tanto más recibirán del gobierno! Así pues, ¿por qué no ofrecer 5 millones de dólares? (En la práctica, los bancos amigos pueden ayudarse mutuamente por la vía de pujar por las CDO basura del otro banco.) El gobierno –es decir, la desventurada FDCI— pone el 85% de los 5 millones de dólares que monta la compra, es decir, 4,25 millones de dólares. El banco sólo necesita poner un 15%, es decir, 750 mil dólares.
El negocio de Roberto el de las cabras, digo yo. Con un desembolso de 750 mil dólares, el banco incorpora a su contabilidad unas hipotecas por valor de 2 millones de dólares, para lo cual, encima, recibe 4,25 millones de dólares. Consigue el doble del valor de la basura.
Cuanto más los bancos tenedores de hipotecas basura paguen por esos desperdicios tóxicos, tanto más pagará el gobierno, que se compromete a cargar con un 85%. De modo que la estrategia es: pagar más y más y más. Desembolsar un 15% es un pequeño precio a pagar para que el gobierno ponga un 85%, a fin de sacar la basura más tóxica de tus libros de contabilidad.
Así funciona el libre mercado de estilo financiero.