Ayer estaba invitado a participar en un foro sobre «Globalización y actores sociales» en mi Facultad. Tomás Villasante era el anfitrión, a propósito de su master en Investigación Participativa en el mundo local, bueno, el título no es literal, pero es un buen espacio de aprendizaje. Lo cierto es que preparé unas transparencias, y a la hora de ponerle título a la ponencia, no se me ocurría nada. Al principio puse unas incógnitas; más tarde, y sin mucha convicción puse G&L (Global y Local). Enseguida me pareció una marca comercial, y al final …. pensé que era mejor dejarlo en «¿?». Les conté poco de globalización, y mucho de la gran oportunidad que se presentaba con la crisis-depresión de los países centrales, y de cómo se podía abordar y a partir de qué elementos. La ponencia estaba pensada en términos básicamente prácticos, y sobre todo, evitar el exceso de crítica -por supuesta, necesaria, pero que al final conduce a bien poco si se insiste en lo mismo- y abordar lo más difícil:

¿qué hacer y cómo cuando estamos ante una oportunidad como esta?.

En realidad, ese es un problema global de los que nos indignamos con el sistema y sus limitadas posibilidades de conseguir un ideal de justicia social y mejor distribución de la renta. De la indignación y la crítica, hay que pasar …. rápidamente a la acción ….. la acción cambia el mundo; la crítica sólo nos deprime más. Creo que se me entiende. Espero …… no está en mi cabeza pensar que no hay que criticar, sino que la crítica no tiene que pararse ahí. Hay que hacer, y hay que hacer de determinadas maneras, mejor que de otras. Tiene que haber coherencia entre lo que queremos hacer y cómo lo hacemos.

Fue muy interesante, sobre todo, las múltiples preguntas y sugestiones que se acabaron derivando de la exposición de los que estábamos en la mesa.

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2 comentarios en «Ayer ….»

  1. A veces,cuestionarse lo más fácil resulta abordar lo más complicado.Comentastes los grados de libertad y el espacio de oportunidades que se abre en épocas como esta:partiendo desde un planteamiento o replanteamiento de las necesidades,aunque no a corto plazo. esto ,creo humildemente, que esto es lo más innovador y lo más necesario: romper con la tendencia del corto plazo que ha gobernado nuestras potencialidades. Es una idea muy sencilla, pero abordarla es muy complicada; ya que en épocas como esta, sobre todo la gente lo que hace es aferrarse a lo conocido. Una vez perdido,lo primero en lo que se piensa es en no perder más, por lo que se tiende a ir por lo seguro: de manera que la tendencia general es lo contrario a innovar. Ésta actitud es absurda, inútil y cobarde;pero es lo que sucede cuando existe una mentalidad que tiende a identificar el fin en los medios; la felicidad en los elementos materiales, en la vanidad de las cosas. Cómo subvertir esta tendencia? Cómo combatirla, ya sea en entornos pequeños como en grandes,cuando tu iniciativa choca una y otra vez contra esa estructura, contra esa jaula de hierro? En estos días, la experiencia personal directa e indirecta, me ha mostrado esto: capacidades y potencialidades que se atoran y se enredan en esa maraña donde otros tienen que decidir si tu proyecto es o no viable; otros que, como no, siguen anclados y dominados por esa mentalidad. He visto cómo la frustración que se produce cuando esto ocurre, es capaz de ahogar la esperanza con la que se afronta este nuevo mundo de oportunidades; de manera que los grados de libertad tienden a reducirse considerablemente. Aunque creo que lo peor de esto, no es ya esa frustración en sí, sino el ver que al final, lo que se logra es que se sigan reproduciendo las estructuras que lo han posibilitado.

    Ya se que es una visión un poco pesimista, pero en estas jornadas no vi tratar cuestiones similares. Cuestiones sobre cómo enfrentarse en la realidad, al principal problema que se encuentra la innovación y el desarrollo en grupos pequeños –que es de donde sale siempre la iniciativa– y que es la de una burocracia y unos burócratas anclados en la filosofía de la «buena vida» y el mínimo esfuerzo; la del corto plazo. De que me sirve que me oferten multitud de viviendas en P.O. si para optar a ellas he de pasar por el banco para que las financie. De que me sirve que me oferten líneas de financiación y de ayudas a proyectos, cuando los que eligen si mi proyecto es viable, parecen más una panda caciquil que un grupo de expertos.

    En fin, como he dicho, tal vez sea demasiado pesimista y sólo vea las dificultades en lugar de las oportunidades; pero es mi experiencia en las últimas semanas. Y aunque esto parece más una confesión que un comentario, he de decir que, al menos, puedo optar a elegir –con toda su redundancia– y se agradece que lo muestres tan claro. No hay que lamentar sino actuar, aunque mi ingenuidad hace que eche de menos referencias para enfrentar tales situaciones, pues en ese campo, todavia estoy verde como para innovar en ese enfretamiento.

    Gracias por todo.

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