Ahora que empieza la primavera, empiezan los puentes y las semanas de verdad, aquellas que la gente tiene ilusión por hacer, dice que para descansar, pero luego regresan molidos, cansados y con pocas ganas de nada. Han perdido el ritmo. Pero los que no nos vamos, nos ocurre lo mismo, perdemos el ritmo, porque los demás no están. Los puentes son la mejor forma de paralizar un país.
Aquí es tan vicio que hasta ayer la universidad estaba cerrada. Supongamos que muchos alumnos utiizan los servicios de biblioteca o de salas de estudio y se han acostumbrado a hacerlo, y no tienen dinero o ganas para irse de puente, ¿qué hacen? rompen sus rutinas …. y por supuesto, un servicio público no es más que un «impedimento» público más.
Cosas de la vida. La primavera, y si viene como este año fuerte y con temperaturas casi veraniegas, hace estragos en la productividad y también en el tono vital de casi todos. Luego los médicos le llaman astenia.