«Mejor no saber nada …., cuando sabes, siempre son desgracias». No es cierto, pero es cierto. Es cierto que todo lo que nos dan son desgracias. Sólo hay que ver los telediarios. La desgracia es noticia, y más noticia vista desde el punto de vista del asesino, del destructor, del monstruo. Horrible que sea así, y sin embargo no sea noticia la cotidianeidad, lo normal, lo que todos vivimos el 99% de nuestro tiempo de vida.
Pero no era eso lo que quería recalcar, sino que nos cuesta ser conscientes de las cosas. Las mismas desgracias-noticias pasan por nuestros ojos-mente y enseguida las sustituimos por otras desgracias-noticias y así no nos quedamos con nada conscientemente, sino que la preconsciencia o la inconsciencia se hacen cargo de evitar que nos deprimamos por un imaginario de horrores.
No somos conscientes ….. no queremos ser conscientes …. no queremos dedicar nuestro tiempo a sufrir …. tenemos que evitar el sufrimiento que nos rodea …. mejor no mirar, o mirar de reojo. Y desde luego, nosotros movemos pocos dedos para hacernos conscientes de lo que pasa.
Y quiero recalcar: no somos conscientes de lo que significa el cambio climático, tampoco de lo que significa la crisis-depresión en que nos hemos metido, tampoco de lo mucho que sabemos, tampoco de lo poco que sabemos, tampoco de …….. nosotros mismos. Los griegos decían que la máxima de las máximas eran: CONÓCETE A TÍ MISMO, ¿queremos realmente conocernos a nosotros mismos? ¿vernos como somos o como somos para los demás? Queremos, pero no queremos, porque lo que empezamos a ver en nuestro interior cuando empezamos ese proceso, nos resulta más de una vez molesto. Conocerse a uno mismo es, sin embargo, el principio de cualquier cambio no sólo en nosotros, sino en los otros. Nos gustaría conocernos, pero no hacemos esfuerzos para ello. Creemos que nos conocemos, y cuando diez años después miramos atrás, nos damos cuenta de que sólo lo creíamos, porque en realidad no sabíamos más que un poco de nosotros mismos, y muchas cosas equivocadas a la luz de hoy, pero el hoy será igual dentro de diez años.
Lo más grave que nos ocurre, la mayor inconsciencia es que nos estamos matando y no queremos mirarlo o sentirlo, y pocas son las voces, todavía pocas, que claman en el desierto de una vida que se nos va con esta forma de vivir de la que nos sentimos tan declaradamente satisfechos. La naturaleza ya se está «cabreando», y siendo cierto que estamos atacando la naturaleza, lo cierto es que no es a ella a quién atacamos, sino a nosotros mismos, a ese gran experimento natural que somos, probablemente único en el cosmos, donde una serie de circunstancias favorables han creado vida y ha permitido que unos seres supuestamente privilegiados primero vivieran y luego disfrutaran de vivir …. pero estos seres de forma casi automática, a través de la mano invisible del mercado, se están cargando esa vida, la nuestra -porque la naturaleza se recuperará, pero tal vez nosotros como hombres no-, y nosotros seguimos en la inconsciencia, pensando que ya lo arreglaremos algún día. Y ¿si las fuerzas naturales se desencadenan y alteramos sus proporciones de tal modo, que el equilibrio se rompa y nosotros no seamos viables? No somos conscientes …..