Innovación a través de personas y grupos

Apuestas, persecución de morosos, fast food, low cost y algunos más son sectores donde la crisis-depresión les está beneficiando.

El otro día me sorprendí pasando al pasar un sábado por delante de un fast food y verlo completamente lleno y con una cola que salía del establecimiento. Es cierto que era día de encuentro entre padres separados e hijos caprichosos, pero nunca «había visto una cosa igual». La «suerte» es uno de los refugios o esperanzas que quedan cuando uno está mal o puede llegar a estar mal. «Invertir» (sic) en un número o en una ruleta es una opción, aunque tiene una pérdida media de un 40 a un 50% de lo que apuestas, pero ….. vale la pena (sic), si por casualidad te toca. En fin, hay negocios que ahora van algo mejor.

La gente nos movemos por lo inmediato y claro, en tiempos de tormentas, lo inmediato es aguantar el chaparrón y mojarse, que es lo que suele pasar finalmente. No se sale de pobre, apostando; yo sigo sin conocer a nadie que le haya tocado nada. Lo cierto es que el rumor o hasta la mentira circulan constantemente, y siempre hay un amigo de un amigo de una amiga que se ha hecho rico, pero …. yo me pregunto: ¿es verdad?. La ley de probabilidades me dice que no, dado que la esperanza matemática de jugar es cero. Dudo hasta que le toque a alguien, pero tal vez.

La primera opción para salir de la crisis es flexibilizarse y optar por nuevas opciones y formaciones, buscar otras vías, otras vías para conseguir empleo. Es cierto que no es exactmente lo que uno quería, pero es lo que hay. Así también la formación especializada y en cierto modo, oportunista es también una opción para ganar dinero. Pero seguimos en lo mismo: eso no es ni formación, es sólo un apunte. La gente no se forma en la llamada formación continua, sino que aprende determinados automatismos y luego los emplea.

Las empresas o las personas o las instituciones no se preparan realmente para superar la crisis-depresión, solo para «salir lo más rápidamente posible» de ella. Ese cortoplacismo no contribuye a resolver los problemas, y menos los problemas a medio plazo.

Ahora, ahora es el momento estratégico de prepararse para dar un salto, un salto paradigmático. Precisamente ahora, ahora que tenemos más necesidad, ahora que nos sentimos casi obligados a intentarlo, ahora que es una gran oportunidad, porque cuando las cosas vayan bien lo dejaremos para más adelante: exactamente en este momento es cuando se exige empezar a cambiar nuestras estructuras obsoletas, organizacionales y personales. Nada de dejar de gastar como solución, nada de echar a esa gente que lleva tanto con nosotros y que es magnífica, pero no queda más remedio, nada de defenderse ….. nada de eso tiene sentido. Y la mayoría va a morir en el intento.

Ahora es el momento de la innovación a través de personas, a través de grupos, a través de relaciones y comunicación, a través de hablar y comunicar con nuestros clientes, apoyarnos en ellos, analizar sus necesidades; ahora es el momento de cambiar nuestras formas de dirigir obsoletas, basadas en el ordeno y mando y algo más, por otras que faciliten, que contribuyan, que ayuden, que apoyen, que busquen, que planeen, ….. en formas que llamaremos innovadoras. Nos costará trabajo, pero vale la pena; total, ahora no podemos hacer nada mejor, ¿por qué de una vez no nos ponemos a innovar y a transformar nuestros entornos y nuestras vidas?. Lo que han hecho hasta ahora ya es obsoleto, ya está medio muerto, no da para más (a las mujeres les gusta hablar de un techo de cristal que les impide levantar cabeza), el techo de cristal nos está aplastando. Tenemos que cambiar de paradigma: con este no resistiremos los comienzos del próximo ciclo a largo plazo, si es que todavía estamos en la competición.

Innovación, si, pero no nos preocupemos en principio de hacer artefactos ni tecnologías, ya vendrán; si nos centramos en nosotros, en nuestra gente, en las nuevas formas de organizarnos, de dirigirnos, de analizar y comprender, de aprovechar lo que tenemos y definir horizontes plausibles, pero ambiciosos; si nos centramos en las personas y en los grupos, estamos a un paso de empezar un nuevo paradigma.

Hay que innovar, como siempre se ha innovado, a partir de las personas. Son las personas, y no los líderes, sino las personas en general, las que nos van a sacar a todos del entuerto. No nos carguemos lo que es realmente nuestro gran capital, no los convirtamos en parados, en desesperados, en cabreados, en moribundos, …. confiemos en ellos, démosles otra oportunidad. Ese es el camino. El camino es la innovación a través de personas. Y para más inri es bueno, bonito y barato, y no sólo sirve para nuestra organización, sino para vivir o revivir.

Y «hit the road, Jack»

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