Los sones de Nicolás Guillén arrebatan e impresionan, y nos dicen tanto. Al principio, sólo manantial, luego torrente, luego afluente, luego rio, luego mar. Pero eso no es lineal, tal vez el manantial se seca, tal vez el torrente se reencauza y reintegra a la tierra, igual que el afluente o el rio; tal vez no llega al mar. Todo es posible, pero las cosas empiezan pequeñas en magnitud, aunque grandes en sentido.
Leo el blog y me gusta, pero la poesía siempre me provoca comentar…
Es curiosa la mezcla de análisis y emociones.
Rio de Janeiro es en su nombre un gran chasco. Los portugueses cuando llegaron pensaron que la bahía de Guanabara era un rio o una ría, y por eso le llamaron Rio de Janeiro, porque fué en enero cuando lo descubrieron. Resultó ser una bahía, una gran bahía, aunque ahora un poco abrumada por el crecimiento económico.