«El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo. Y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido». Kundera siempre tan profundo. Sigue:
«Aquella noche pensé que estaba brindando por mis éxitos, sin tener la menor sospecha de que estaba celebrando la inauguración de mis fracasos»
Ver el presente, conocerlo, es lo más difícil. Ver el pasado, una vez que el presente es otro, no sólo es fácil, sino que se presta a la mayor de las manipulaciones: reconstruir lo que fue con unas gotas de nuestra subjetividad y otras de simplicidad. Ahora ya nos podemos apropiar del pasado, pero no sería posible si no lo hiciéramos simplificando lo que fue presente. El presente es demasiado complejo para verlo en su integridad y en sus partes. Por eso, obviamos constantemente esa tarea, la apartamos, para no sentirnos pequeños como somos.
Pero no somos nada, si no podemos descubrir algo sobre lo que estamos viviendo, e interpretarlo. La mayoría de las interpretaciones son precipitadas -nos da miedo que el presente nos absorba como un agujero negro- o manipuladoras, para contribuir a nuestros propios intereses. Pero intentar ver el presente, conocerlo, interpretarlo, es lo que nos hace, lo que nos permite no sólo saber donde vivimos y por qué, sino que sentido tiene lo que hacemos.
Así es como comienzo mis cursos y mis desarrollos, por el presente, por sus síntomas, por sus cualidades, por lo que yo llamo «tirarse a la piscina» e intentar comprender. Vale la pena equivocarse, porque así aprenderemos de esos fracasos y es probable que tengamos más fiabilidad a la siguiente vez. Lo que no tiene ningún sentido es mirar y no comprender, mirar y sólo sumar, mirar como si no viéramos. Ver el presente es como un compromiso, y al tiempo es una gran necesidad.
Quiénes saben ver el presente, pueden vislumbrar el futuro posible. Eso dice mi maestro Sampedro: el futuro está en germen en el presente. No como idea, añado yo, sino como proyección más que probable. Hacer innovación es vivir y comprender el presente. No se hace innovación con premoniciones y con ideas, sino con conocimiento de lo que es, con sentido de lo real, con realidad, con realidad de un presente, como dice Sweezy, de un presente como historia.
No sé si eso es lo que quiere decir la frase, pero yo siento que nos quiere decir de nuestra ceguera ante la realidad, de nuestra incapacidad para ver las cosas como vienen o como son.
Siempre son como son, aunque nos empeñemos en que sean como queremos verlas.