Dicen, y bien dicho, que no hay justicia sin transparencia. Pero son muchas más las cosas que precisan de transparencia, no sólo la justicia. Ha de ser nítido y transparente el papel del profesor, el papel del profesional, el papel del investigador, el papel de …… el ser humano en general. Pero eso no es así, tampoco para la justicia. En la medida en que las cosas tienen tinieblas y obstáculos, son menos democráticas, menos claras y se mueven en espacios poco confiados o desconfiados. Por desgracia, y en la mayoría de las veces por cuestiones de seguridad, algunas ineludibles, otras más bien eludibles, la transparencia se convierte en secretos, y los secretos en top secrets, y los top secret en oscuridad. Nadie podía imaginarse que el desembarco del hombre en la luna en 1969 podía haber sido una patraña filmada por Lubitsch o que un buen paquete de hipotecas subprime se pudieran convertir en un producto financiero aclamado por los expertos y de gran éxito, pero ….. ya ven uds. como son las cosas.
Trabajando en la Universidad todavía podemos comprender peor la falta de transparencia, porque si la universidad es algo, como su nombre indica, es universal, es decir, proyectada hacia la humanidad, hacia el universo, y se trata de aportar, de dar lo que se sabe y se tiene, de entregarlo a la sociedad. Por eso, publicamos lo que avanzamos y aprendemos. Por eso, tenemos ganas de seguir haciéndolo -y no por dinero-. Por eso, nos gusta enseñar, porque enseñar es dar, es compartir, es ofrecer. Por eso nuestro trabajo tiene que ser claro, limpio y si puede ser, con un poco de esplendor.
Pero las cosas no tienden a ser así, sino más bien las universidades se han convertido también en centros de negocio, en el sentido más monetario de la palabra. Centros que dan poco, y la mayoría, lo intercambian, o lo venden en las mejores condiciones, pero no se muestran a los demás, a los que quieran aprender, al desarrollo social. Sólo muestran, como el lobo, la patita por debajo de la puerta, pero no dicen lo que son ni lo que hacen, a no ser que exista algo por medio que les compense. Esta una buena razón que justifica el copyleft. Hay organismos que han de ser copyleft, y su ética, la posición dadora es la que expresa mejor su conducta. Ahí también tiene su origen la necesidad de que la universidad sea pública, y financiada por impuestos, al menos en buena parte.
Transparencia, dar, copyleft, ética. Cuatro palabras para respetar y para conseguir que las cosas vayan por ahí, hacia más transparencia; hacia más ofrecer y dar, sin pensar en contrapartidas, sino por el placer de enseñar y de aprender dando; nada de exclusivas ni de copyrights -¿cómo es posible aceptar el copyright cuando todos copiamos de todos, o es que nos creemos dioses originales?- y justo en la época en que la originalidad está por los suelos, va y resulta que cobramos por pseudo-originalidades; y mucha ética social, esa ética fundada en los maestros, proyectada en nuestros hijos y estudiantes, y llevada en volandas de pueblo en pueblo.
Los atenienses hacían justicia en el ágora, con presencia de todos. Una buena costumbre. Supongo que los tiranos, que también los hubo en Atenas, diluirían esas costumbres.
No es el caso de los jurados populares, más discutible en muchos de sus aspectos. Una cosa es que la justicia sea transparente y otra que aquellos que deciden defensores y fiscales puedan ser los que te juzguen. Se pueden cometer muchos errores, pero …. también es cierto que cuando son magistrados, alguien tiene que estar por encima de ellos, no sólo para revisar sus casos, sino para reprender sus conductas cuando no son adecuadas. Nunca he entendido que la revisión de casos sea entre profesionales del derecho; me parecería más correcto que precisamente ahí estuvieran personas cruzadas y elegidas por el mismo pueblo. El aparato de la justicia se sentiría más controlado, que no como ahora en nuestro país, donde el control es más político e ideológico que social.
La justicia, como decía bien Marx en la Crítica del programa de Gotha, no es más justa cuando es igual, porque como decimos los gallegos «depende», y depende mucho de las circunstancias. Claro que usar las circunstancias para aprovecharse de ellas, tampoco es la conducta adecuada.
Esta semana tuvimos en mi ciudad, uno de esos juicios con personajes de extrema derecha, por una agresion.
Lo curioso, del caso es que el juez le dice al denunciado con antecedentes en este tipo de hechos, que pida disculpas simplemente sin mas le deja irse como si nada.
Porque tiene un abogado de dinero, proque el denunciante tiene un abogado de turno desinteresado en su caso, habra que recurrir digo yo!
Luego me parece ridiculo el tema de la era digital para todo, menos para la justicia..con tanto paro y tanto trabajo que hacer, seria una buena tarea!
Estoy de acuerdo contigo y me solidarizo con tu sentimiento.