Nacimos libres, dice Rousseau. Ya sabemos que unos más y otros menos, y algunos muy poco. Acabamos encadenados como Prometeo, somos «libres como si», libres para comprar -ni siquiera-, libres para sobrevivir -con dificultades-, libres para hacer -con limitaciones mal distribuidas- ….. alienados, encadenados a la cadena productiva del sistema.
Otra cita interesante sobre Prometeo, personaje mítico que es un gran benefactor de la humanidad:(…) aún es posible salvar a los hijos de ese hombre en cuerpo y espíritu. Es posible ofrecerles al mismo tiempo las oportunidades
de la felicidad y las de la belleza. Si debemos resignarnos a vivir sin la belleza y sin la
libertad que ésta significa, el mito de Prometeo es uno de los que nos recordarán que toda mutilación del hombre es por fuerza provisional y que nada del hombre se entrega si no se lo entrega entero»
Albert Camus, Prometeo en los infiernos1.
Prometeo significa todas las tendencias que nos empujan a saber,porque no es lo mismo entender que saber; saber, es saber hacer. Y nos empuja a saber tanto como nuestros padres, tanto como nuestros maestros.
» Tú, que no estás sujeto a ningún límite, determinarás, por ti mismo, tu propia naturaleza y conocimiento, según tu libre y universal voluntad…»
Prometeo permanece vinculado a la humanidad, al haber recibido de él sus conocimientos y técnicas. Fue Esquilo el primero
que presentó la figura de Prometeo como la encarnación de la libertad
humana enfrentada con orgullo al destino.
Prometeo es la encarnación divina de la tecnología, ese rasgo que distingue al hombre del animal. Es por tanto, el maestro de la humanidad y la innovación. Aparece en la literatura como una corriente renovadora que intenta devolver al hombre a la realidad, restituir el orden olvidado, el amor, la libertad, la igualdad, lógicamente chocará con el poder instituido de mantener las cosas como están.
Simboliza la luz y la ilusión e intenta dar a conocer el camino a los seres humanos.
No puedo ni debo añadir más …. lo has dicho de tal forma que me siento plenamente identificado y gratificado de tenerte como corresponsal. Un abrazo, Roberto Carballo
Me parece muy interesante este personaje y quiero aportar otras vertientes de esta mítica figura:
El filósofo y ensayista francés Gastón Bachelard nos brindó en su obra “El psicoanálisis del fuego”
una excelente visión psicoanalista de Prometeo.
El objetivo del trabajo de este autor es demostrar, mediante la recopilación de los análisis de la
personalidad del héroe mítico Prometeo, que en el fondo de su historia reside el denominado
complejo de Prometeo, o complejo de Edipo del saber. Así mismo, extrapolando este análisis a
su figura antagonista,es decir, Zeus,podemos deducir en su personalidad la presencia de otro complejo psicológico, el cual
podríamos llamar Complejo de Herodes. En este caso, el temor a la decadencia moral e
intelectual frente a las generaciones emergentes, empujaría a Zeus (representante del poder
establecido) a tratar de eliminar estas generaciones nuevas.
Bachelard ha intentado desentrañar la personalidad prometeica. Si Prometeo representa el complejo de Edipo del saber, se puede pensar que Zeus representa el complejo de Herodes frente a la sabiduría de nuestros descendientes.
Bachelard hace referencia también al niño que, imitando a su padre, roba las cerillas para ir a encender fuego en el campo, lejos de su maestro. Este acto, el
robo del fuego (de la técnica para hacerlo), representa el primer gesto de rebeldía frente al
conocimiento dogmatizado y establecido en la generación precedente. Con el crecimiento
paulatino del niño, este irá accediendo a nuevas parcelas de conocimiento que le pondrán en
contacto con nuevas parcelas de libertad e independencia. Al mismo tiempo, las prohibiciones y
limitaciones a este desarrollo se irán volviendo más espirituales y conceptuales.
También Copérnico, Galileo, etc.… toman este modelo. Estos innovadores, rompedores con el poder cultural y científico establecido,robaron la supremacía intelectual a la cúpula de la época. Y lo pagaron bien caro, como
nuestro querido Prometeo. La lucha por la supervivencia de los modelos culturales se presenta
en toda su magnitud. Quien innova ha de luchar contra el saber establecido, dogmatizado en
la mayoría de las ocasiones.
Otra vertiente muy distinta la encontramos en Víctor Frankenstein, como el moderno Prometeo, el protagonista que recibe el fuego de la vida y que es capaz de crear, muy a su pesar, un monstruo sin nombre. «Durante casi dos años había trabajado infatigablemente con el único propósito de infundir vida a un cuerpo inerte. Para ello me había privado de descanso y de salud», nos confiesa su autor.
El monstruo que nace de la materia inerte va transformándose en ser humano a medida que adquiere el lenguaje. Se le menciona en la obra: «como «engendro», «monstruo», «aquel ser», … y, aunque nace inocente, su soledad y el horror y el desprecio que produce su contemplación a las demás personas le van convirtiendo en un ser brutal. Persigue a Frankenstein, destruye a su familia y es posteriormente perseguido por su creador que, responsable de su obra, trata de evitar otros males que la criatura pueda causar.
También Marx le adjudicó el papel de salvador de la clase proletaria.
En Prometeo se han querido ver figuras de leyenda como el Cid Campeador o Robín Hood, a la vez que revolucionarios de la talla del propio Che Guevara. En realidad, Prometeo presenta múltiples facetas, donde se han forjado buena parte de las ideas
básicas de la Europa actual: libertad, progreso, desarrollo, derechos humanos…
Creo que tratar esta figura ha sido un gran acierto. Felicitación al autor.