Estos días he pensado demasiado en mediocres ambiciosos y ahora me doy cuenta de que esos pensamientos deprimen. He perdido dos o tres días con esos tipos impresentables. Con lo bien que estoy yo con mis proyectos, con mis horizontes, con mis diseños, con mis estudiantes, con mis innovaciones, …… y lo que cansa y deprime codearse con mediocres.
La memoria se me ha revitalizado y han aparecido muchos de los mediocres de mi vida, y no creí que fueran tantos. Podría escribir un artículo de treinta o cuarenta páginas, y con un poco de rollo, hasta podría hacer un pequeño libro de mediocres. Interesante, pero deprimente. Y lo siento, pero no me interesa deprimirme, para nada. Ahora estoy en etapa creativa, y necesito de mi creatividad para plantear los temas más innovadores, más arriesgados y nuevas experiencias.
La experiencia de este año con mis alumnos, por ejemplo, esta siendo estupenda, tan rica como la del año pasado. He pensado en escribir un libro sobre blogs en la innovación educativa, y si me ayuda un grupo de voluntarios, otro sobre música e innovación educativa. Por otro lado, necesitaba formular una propuesta-artículo sobre acción-investigación en los espacios innovadores educativos. Ya lo he tratado en otras ocasiones, pero tengo muchas más cosas que contar. A fin de cuentas, ya son muchos años practicando esta metodología y con unos muy buenos resultados. Por tanto, tengo que volver a pensar en mis proyectos, y dejar de lado a los mediocres, total, como la mala hierba, crecerán y crecerán, y espero que engorden y engorden y un día exploten, y espero estar lejos, porque los residuos olerán peor que un estercolero.