Aclaración previa: Me tiene prohibido el galeno hablar de monarquías …. por eso el regalo sólo tiene puntos suspensivos.

Texto: puestos a conceder un regalo a todos mis lectores, he recordado que cuando era pequeño lo más de lo más era un chupa-chups. Había un hombre y su mujer, ambos con unos palos cargados de chupa-chupas …. que recorrían los recreos para que comprásemos aquellos chupa-chupas que se llamaban «pirulíes». Así lo anunciaban: «Al pirulí de la Habana, que se come sin gana». No siempre teníamos los patacones para comprarnos el para nosotros delicioso caramelo. Era una industria plenamente local, todavía el Grupo Chupa-Chups no existía probablemente ni era por supuesto una multinacional, instalada hasta en China. Eran dos personajes, bajitos, él regordete, ella muy delgada, dos personajes que hacían nuestras delicias, y que cuando faltaban, nos parecía que nos faltaba algo. También comíamos pipas de girasol y de calabaza, y algunas otras chucherías que por supuesto no tenían nada que ver con las actuales. Seguro que ahora la UE no nos permitiría tales dispensios insidiosos y antihigiénicos. Lo que han cambiado las cosas en medio siglo, pero el caramelo enganchado en un palito, sigue, aunque ahora con garantías europeas y calidad ISO contrastada.

Bueno, pues encontré a un «Médico» cubano, forofo del reggaetton, que le ha dado por el Chupa-Chupa, y ese es mi regalo. Un video. Tengo que reconocer que me ha salido más barato que el pirulí de la Habana de mi infancia.

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