La cultura organizativa constituye una superestructura propia, difícil de cambiar. Más bien hay que saber aprovechar sus puntos fuertes para apoyarse en ellos y saber reforzarlos.
La cultura organizativa constituye una superestructura propia, difícil de cambiar. Más bien hay que saber aprovechar sus puntos fuertes para apoyarse en ellos y saber reforzarlos.