– ¿Por qué no integrar conocimiento y acción, en vez de separarlos?. Acción hacia el conocimiento, acción y conocimiento, action-research, acción-investigación. Lo cual nos lleva a aprender como investigamos e investigar aprendiendo. ¿No es eso lo que hacemos los PDI en la universidad?. Eso exige una “cuota” de proactividad en el aula y fuera de ella. Proactividad que nos va a conducir a un espacio más divertido y optimista, más aventurero y más libre y autónomo. Aprenda investigando y verá lo que aprende, y la cantidad de “oportunidades” que ve al ir caminando por esa ruta.

– Pero ….. camine con otros, aprenda a caminar con otros. El camino es más agradable, se puede apoyar en el otro cuando esté cansado, puede comentarle sus experiencias o sus gracias o desgracias. Pero es preciso aprender y difundir luego ese aprendizaje grupal, de cooperación, de colaboración; en último extremo, de ciudadano responsable.

– De forma obligada, tengo que moverme en la realidad, con sentido de lo real, desde lo real, porque si investigo tengo que hacerlo sobre lo que existe. Por tanto, “ponga realidad en su vida”. Haga real y práctico el conocimiento. Busque, seguro que encontrará más de una posibilidad de hacerlo práctico e interesante. Pero no se quede en la práctica, sino que sepa el sentido de todo lo que hace, de su especialización, no pierda el sentido de conjunto (ver más arriba).

– Todo esto hay que hacerlo planificando, planeando, y eso nos obliga a partir de la realidad misma, de su análisis, porque una planificación sin saber donde estamos es en el fondo una gran tontería. El análisis de la realidad “da sentido” a nuestros planes y estrategias y nos permiten caminar sin miedos o con menores miedos, y sabiendo que cuando tengamos dificultades podremos seguir avanzando, solo tenemos que pararnos para volver a analizar donde estamos.

– Y todo esto, ha de ser un proceso complejo, un proceso donde han de existir facilitadores (de método) y supervisores (también de método), y ese puede ser finalmente el gran papel del profesor, junto con el tradicional de saber sobre su materia. Sabe sobre su materia, organiza un espacio de aprendizaje complejo, facilita y recupera la memoria de los procesos metodológicos y de su buena práctica, y finalmente, supervisa, mediante el reconocimiento, pero sobre todo, a través de una evaluación continua, basada en el acercamiento profesor-alumno y en el conocimiento profundo de aquellos con quienes trabaja y para quién lo hace.

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