¿Quién les iba a decir a los «autosuficientes» neoliberales que el Estado iba a tener que «sacarles las castañas del fuego»? ¿Quién les iba a decir que su «plan de rescate» era una autosuficiencia más? ¿Qué querían tal margen de libertad de maniobra como quieren en sus empresas cuando deciden lo que hacer, o a quién despedir o cuando ir por un lado o por otro, sin controles, como dioses? ¿Quién les iba a decir que los egoismos individuales no acababan en interés general? ¿Quién que no estaban en el mejor de los mundos? ¿Quién que el sector líder del sistema, el financiero, se iba a desplomar por unas hipotecas «de merde»? ¿Quién que era inevitable la depresión? ¿Quién que las guerras conducen a esto, y que, a veces, como en la segunda mundial sirven para salir de la depresión? ¿Quién se atreve a decirles estas cosas y algunas más? …….

No han leído más que best sellers y se han autocomplacido con lo que se vende, con lo que les complace. Si hubieran repasado a los clásicos, a David Ricardo o a Malthus y sobre todo, a Marx, se habrían dado cuenta de muchas cosas que no han querido oir. Pero es imposible que hagan eso: prefieren los best sellers de viaje en avión, ligeritos, con mucho queso y ratones, y poca chicha. Autocomplacencia, ese es el estado de los que se organizan como poder. Desaparece la crítica, y no digamos la autocrítica. Desaparece el pensamiento, sólo quedan los resultados aceptables del mismo, o aquellos ligeros que nos vierten los mass media. Si, autocomplacencia, ese es el estado de ánimo en que vivimos desde hace muchos años. Y mientras, la manipulación de personas, de grupos sociales, de comunidades enteras, era más y más visible, evidente, a los ojos de cualquiera, pero no importaba: se podía hacer todo. Hemos vivido sin espejos, y de pronto nos hemos visto horripilantes en el espejo de la vida. No éramos tan bellos como suponíamos, y ya no vale preguntarle al «espejito mágico» quién es la/el más bella/o. La falta de sentido de la realidad nos ha llevado a esto, y ahora, la parte más ficticia de todo este cuento, lo financiero, reclama recursos para resolver sus problemas (¿ficticios?), no percibiendo que el problema no está ahí, sino en la sucesión de guerras, y en los conflictos mismos derivados de un exceso de celo y de prepotencia y de ambición, en sus consecuencias y en la especulación que toda guerra conlleva. Las guerras nos acostumbran al super-despilfarro, a la especulación, a beneficios desorbitados, a grandes negocios ….. y el sistema se ha acostumbrado a ganar con descaro, a especular y a explotar a terceros, a no tener límites ni leyes que los contuvieran ….. La guerra siempre es buena para los que van cerca. Ahora todos pagaremos los platos rotos de la autocomplacencia y la prepotencia de los guerreros. Hemos crecido demasiado rápìdo, hemos crecido ficticiamente, sin buenas bases, sobre bases de guerras. Hemos entrado en un mundo de especulación, y de despilfarro. Mientras hasta la Naturaleza se queja de forma evidente, pero nadie quiere hacer caso de aquellos que hacen evidente lo que es evidente.

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Un comentario en «¿Quién les iba a decir …..?»

  1. Como resultado de los desmadres de los financieros-banqueros, ahora tendremos nuevamente un sector nacionalizado (sic) por la conveniencia, que una vez saneado volveremos a privatizar. Muchas de las nacionalizaciones se hicieron así «socializando pérdidas», pagando el contribuyente de a pie los desmanes de los capitalistas más agresivos y menos previsores. Luego, muchas de esas empresas no pudieron más que seguir aguantando pérdidas que hemos seguido pagando todos, y otras han remontado a beneficios, con lo que «inmediatamente» fueron atisbadas por el sector privado como presas que no tenía sentido mantener en el mundo público y que había que privatizar. Tanto es así que cuando privatizamos-desnacionalizamos-desregulamos en los años noventa -sobre todo- acabamos dejando en manos del Estado lo inservible, los problemas, con lo que la nueva institución estatal se puso en pérdidas estructurales.
    ¿Por qué será que siempre los gobiernos acaban haciendo lo mismo: socializar las pérdidas y la pobreza? ¿Confluencia de intereses? Seguro, ¿Lenguaje común, como decía O´Connor? Seguro, ¿Patrimonialización de la riqueza pública? Seguro …… Para eso también pagamos impuestos.

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