En el otoño, caen las hojas, los árboles de hoja caduca van quedando pelados, los suelos se llenan de color amarillento o rojizo y la depresión de tener que volver a empezar, hace también que las resistencias para volver a empezar, se aprecien en estallidos huracanados, crisis, depresiones, bajadas y subidas, y mucho lio.
En otoño, duelen más las muelas, los estómagos delicados se resienten y seguro que no hay dolores peores, ¿o si?. Es tal vez por eso, que la gente anda «como cabreada», y cuesta trabajo empezar cosas nuevas. Hasta mediados de octubre no nos vamos recuperando. Es la previsión normal. Y este año además «padecemos» una depresión ya no tan incipiente, que dará mucho trabajo a psicólogos y psicoanalistas, el sol ha empezado a mostrar sus manchas y algun que otro viento, y estamos en la incertidumbre de las elecciones imperiales. No son las únicas, pero son quizás muy importantes, porque las alternativas son muy radicales: Obama y McCain son soluciones extremas, y en consecuencia, la incertidumbre se va apoderando de todos. Los mercados están desencajados, por decir algo casi sin fuerza, porque habría que decir que se han desmadrado totalmente, que la especulación se ha adueñado de sus variaciones y que éstas son más y más extremas. En una semana, el IBEX ha subido más de quince puntos y ha bajado más de diez, sumando diferencias, significa en media modificarse en casi una cuarta parte en una semana, una burrada, porque eso también significa que algunos títulos han podido variar más de un 50%, alucinante, lo que no se ha podido especular con esas magnitudes. También las materias primas, y especialmente el petroleo, que es lo que más se ve, siguen esas pautas, con subidas y bajadas, sobre todo, subidas, también desproporcionadas; y las monedas y sus pautas de intercambio siguen igualmente oscilando como si fueran norias o montañas rusas. ¿Qué significa todo esto? Pues que las cosas no están claras, que la economía real no encuentra la manera de que las corporaciones sigan aumentando los precios y beneficiándose ampliamente de la evolución de los mercados, y que mientras tanto las rentas, cada día más disminuidas, de los de «a pie» vean como su capacidad de compra se reduce y se reduce, sin compasión. Pero claro, si la demanda queda afectada por la renta, o por las previsiones de peores capacidades de compra, es también claro, que las mercancias -y a precios mayores- no se pueden colocar: la sobreproducción está ahí, y curiosamente nadie habla de ella, como si lo importante fuese que las bolsas suban o bajen, cuando lo que realmente importa es la evolución del mundo real, no del mundo ficticio y plenamente especulativo que representan los llamados -mal llamados- mercados de valores, porque de valores nada de nada. Total, que la incertidumbre se palpa, y las condiciones de vida están empezando a mostrar su lado más oscuro. A esto se añade el sentido de noticias de los medios de comunicación, que acentúan la noticia para hacerla más noticia. Y de la incertidumbre al miedo, a la desbandada, puede no haber tanto trecho. Hasta ahora todo va muy rápido.
Bueno, aquí estamos …… los apoyísimos del Bush terminal, pueden compensar muy parcialmente lo que se está vislumbrando, pero sólo muy parcialmente. Cuando pase el efecto noticia, ya veremos como las cosas siguen su curso. Lo cierto, y ya lo vengo diciendo desde hace mucho, es que la acumulación de capital ha sido desorbitada, excesiva, excesiva por rápida y por porcentajes, y no se ha podido absorber tanta sobreexplotación. Además, esos ritmos y porcentajes han mal-acostumbrado a los que los recibían y no se conforman con rebajarlos o hasta detenerlos, sino que siguen queriendo más. Eso sólo puede provocar un incremento extraordinario de las concentraciones y centralizaciones de capital, como ya está ocurriendo enel mundo financiero y en otros, de manera extremamente acelerada y con intervenciones desequilibrantes del poder político a favor o en contra de unos o de otros. Todo eso desequilibra aún más el sistema. Los ganadores pueden convertirse en perdedores, porque si algunas empresas son compradas porque habían hecho las cosas mal, es porque casi seguro venían haciéndolas mal desde hacia tiempo, y creían que las hacían bien, y ahora cuando venga el nuevo propietario van a seguir pensando prácticamente igual, es decir, van a seguir su espiral hacia el agujero negro de su actividad. Y los «ganadores» serán, muchos de ellos, los perdedores de la siguiente fase.

Y yo que no soy capaz de quitarme el dolor de estómago …… ¿será por eso que lo veo todo tan negro?

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