¿Sueño? ¿Horizonte?

Hace ya algunos años conté “mi sueño” a un amigo. Habíamos cenado frugalmente, en mi casa. Y me atreví a decir:

sabes, tengo un sueño. Me gustaría que lo que he aprendido sirviese para algo, para algo social, comunitario. No sé, quizás construir una fundación que permitiese practicar estas metodologías de innovación en los planos de desarrollo educativo y personal, en un espacio local; y al mismo tiempo, poder aplicarlas a aquellos que dirigen las organizaciones, sean éstas públicas o privadas. No sé, me parece que no sabemos aprovechar aquello que realmente sabemos y que falta una buena dosis de “sentido común”. Quizás si fuese capaz de forjar una semilla en el desarrollo territorial, algo que pudiera imitarse, y pudiese también crear una escuela -con mucha libertad, claro, no algo escolástico- de profesores-formadores y líderes que tomasen una ruta diferente, menos competitiva, más cooperativa, más a favor del ser humano, menos bruta, más vital …. Bueno, quizás sólo sea un sueño, porque difícilmente lo veré realizado. Pero es para mí un horizonte, un lugar donde sé que no llegaré, pero me gustaría llegar. Eso me motiva, motiva mi vida, le da sentido a mi vida y a lo que hago. En fin, no creo que nunca pueda ser posible, pero ….. sería bonito”.

Más o menos es lo que pensaba. Hasta desde mucho antes he buscado el lugar donde realizarlo. Primero me pareció que el lugar era el sur de Galicia-Norte de Portugal. Busqué un lugar donde ubicarlo. Durante tiempo pensé que era posible. Todavía hoy lo pienso. Estos años fue Brasil, con la intención de encontrar allí el lugar y la oportunidad. Sigo mirando donde situar mi sueño. Es un sueño para la libertad, ¿será que no tengo energía para ello o que todavía no he encontrado acompañantes y figurantes del mismo?.

Seguiré buscando en todos los atardeceres, un signo que me indique allí por donde va el sol, cual es la ruta que tengo que recorrer.

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3 comentarios en «Sueño – Innovación»

  1. 21 Julio 2008
    Casi todo se decide en los primeros cinco años de vida
    por Eduard Punset

    La vida en pareja tiene una explicación meramente evolutiva: fue el resultado de una contradicción que parecía insoluble; el crecimiento paulatino del tamaño del cerebro del feto en una época –hace dos millones de años– en que el homínido se empieza a poner de pie fue, desde un punto de vista energético, un avance fabuloso, pero, desde un punto de vista fisiológico, acarreó un estrechamiento de la pelvis.

    La contradicción de un cerebro cada vez mayor y una pelvis cada vez más estrecha sólo tenía una solución: que el feto naciera prematuro. Y es lo que ocurre, nacemos prematuros. Un ser prematuro es un ser absolutamente indefenso y por eso necesita el cuidado de dos, porque uno solo no puede.

    Hasta ahora no sabíamos nada de lo que les pasaba a los bebés por dentro. Resulta que una de las primeras cosas que hemos descubierto en la irrupción de la ciencia en los procesos emocionales es que casi todo se decide desde que el bebé está en el vientre de la madre y hasta que tiene cuatro o cinco años. Cuando digo casi todo, se deciden dos cosas que hemos aprendido a identificar y que son fundamentales en la vida de cualquier persona. Una es un cierto sentimiento de seguridad en uno mismo que permite lidiar con el enemigo más atroz que tenemos los homínidos: el vecino, el otro homínido. No hay desafío mayor en la vida que el del otro homínido.
    Los grandes especialistas neurólogos de la inteligencia explican claramente que la inteligencia es un subproducto de la relación social. Lo que nos hace inteligentes es el contacto con los demás, es el tener que intuir lo que está pensando o cavilando el cerebro del que tengo enfrente; no sea que me quiera ayudar y no sepa cómo, no sea que me quiera manipular y lo sepa demasiado bien. Necesitamos una cierta autoestima para poder, en su día, irrumpir en el resto del mundo, el de los mayores.
    La segunda cosa importantísima que hemos descubierto en los bebés es la curiosidad, que no hay que perder nunca. La curiosidad para lidiar adecuadamente en lo que todos estamos empeñados, aunque no lo queramos admitir, que es conseguir el amor del resto del mundo. Cuando eres pequeñín, la tieta, la abuela, el padre, la madre, hasta la vecina, todos dicen que eres fantástico, que tienes unos ojos que se los comerían, que eres el más alto, el más inteligente… Pero cuando sales de casa, hay que demostrarlo.
    La gente no lo da por hecho, ni mucho menos. Y es esta negociación maternal, este afecto primario que se desarrolla hasta los cinco años, que te puede dar la suficiente curiosidad para seguir profundizando en el conocimiento de las cosas y de las personas cuando irrumpes en el mundo de los mayores. Porque puede ocurrir, y ocurre todos los días, que llegues a este mundo con una cierta indiferencia: “No me atrae nada, no me gusta ni Rajoy ni Zapatero”. Puede ocurrir que lejos de serte indiferente, te cree cierto rechazo, no quieras saber nada de este mundo que te rodea. O puede suceder, como pasa una vez por mil, lo que ocurre con los psicópatas, que llegues a este mundo de los mayores con ánimo de destruirlo en lugar de acariciarlo.
    O sea que uno de los descubrimientos esenciales en esta reflexión es la importancia de este entorno afectivo que perdura desde la concepción hasta, más o menos, los cinco años.

    …………………………….
    Los sueños son eternos, son la mayor parte de la vida y la vida es parte del universo que es inmenso, como los sueños.
    Los sueños se heredan, yo creo que si, es mas se heredan no solo los sueños de nuestros padres tambien los de nuestros tios y cualquier miembro amigable que haya formado parte de nuestra infancia, acariciandola…Los sueños se maduran segun lo experimentado y tambien leyendo una gran variedad de ensayos y estudios sobre los niños, mejor en un idioma extranjero asi no te comes demasiado la cabeza pensando que lo entiendes todo… es en la edad comprendida desde la fecundación y aproximadamente los 5-6 años de edad, donde se desarrolla entre el 85-95 % del cerebro creativo…depende del lugar donde crezcamos supongo…, los encierros no son buenos para el desarrollo ni la socialización y el entorno de libertad crea, aprendiendo a seguir reglas de respeto y conducta…, un espacio de liberacion de los niños y sobretodo de independencia que les permite enfrentarse más abiertamente con el mundo de la vida que les espere, o no.
    La ensoñación de los niños y sus interminables cuentos es una herencia genética, tambien…
    kardelan

  2. A partir del 95% alcanzado en la edad de 10-11 años aprox. nos dedicamos al restante 5% el resto de la vida y creamos mucho para que el resto 95% sea productivo y lleno de buenas ideas… es como cualquier otro musculo… que trabajarselo mucho y rodearse de mucho amor para poder aprender y seguir aprendiendo en la vida…
    Kardelan

  3. Es importante seguir soñando y desarrollar de forma práctica esa semilla que llevas fraguando durante tantos años, creo que el lugar es importante, pero es más importante encontrar el entorno y las personas que lo asimilen y puedan desarrollarlo. La idea de crear una escuela de seguidores es muy interesante sobre todo que hagan que un proyecto de estas características se pueda fraguar y perdure con los años. Se puede mirar al sol y encontrar el lugar y las personas adecuadas para su realización. Animo en esa búsqueda.

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