Reflexiones sobre “Un modelo para innovar”
(Innovación – Aldebaran Innovation)
La innovación surge de la falta de algo, del querer avanzar para mejorar las cosas, de descubrir nuevas posibilidades que aumenten y mejoren nuestra calidad de vida, en definitiva, de la necesidad.
Me gustaría hacer referencia al ámbito en el que desarrollo mi actividad profesional que se encuentra íntimamente ligado a la industria. Las empresas buscan la innovación debido a la necesidad de mejorar sus procesos, de generar nuevos productos y de aprovechar residuos o subproductos, y para aumentar positivamente su economía y productividad. Esto se realiza porque tienen la necesidad de adaptarse a las exigencias del mercado y consumidores (renovarse o morir), la necesidad de adoptar las nuevas normativas (medio ambiente, riesgos industriales, etc.), y la necesidad de ganar más, en menos tiempo y con menos recursos. Sí, la innovación está ligada a la necesidad.
También se puede realizar una reflexión por sectores. La innovación, la mayor innovación, se produce en los sectores emergentes que son aquellos que tienen una mayor “escasez” y, por lo tanto, evolucionan mucho más rápidamente. Por ejemplo, el boom del sector de las telecomunicaciones. Dependiendo del sector es más o menos fácil innovar.
Por otra parte, para innovar es necesario tener las ideas muy claras, hacia dónde va el sector, a dónde se quiere llegar, cuál es el objetivo final. Esto se define necesariamente por las imposiciones actuales en materia de regulaciones, consumidores, etc. Es pues necesaria una comunicación (intercomunicación) satisfactoria entre todas las entidades involucradas en el proceso de innovación.
Y es que la innovación implica un grado de riesgo que puede ser mayor o menor en función del grado de novedad o de falta de experiencia previa. Quizás, nos encontramos en muchos casos con empresas o sectores muy conservadores en los que no se plantean innovar. Ahora bien, innovar o retirarse, ya que sino tus vecinos pasarán por encima de ti y se posicionarán mejor en el mercado. Muchas veces no es necesario “inventar” nada nuevo sino que se pueden asimilar ideas, procesos, diseños de otros sectores: estudiar el tejido empresarial actual, vigilar.
Sin duda, como ya comenté antes, que el cliente es el punto clave, Sin tener a quien ofrecer un producto no hay proceso ni innovación. El punto final es resolver y averiguar las necesidades del cliente y sabiendo hacia donde dirigirse habrá que investigar cuál es la manera de llevarlo a cabo (innovación).
Por último decir que un proyecto bien definido con un buen estilo de dirección (complicado en la actualidad porque la mayoría de los jefes actúan como tales, ordenando y no favoreciendo la generación de ideas), con objetivos concretos y una buena calidad proporcionará buenos beneficios y una buena productividad.