Una noticia en la prensa de Fortaleza-Estado de Ceará-Brasil. La bolsa básica de alimentos ha subido en un año en más de un cuarenta por ciento, he dicho bien, más de un cuarenta por ciento. La cifra es tan bestial, que no me atrevo ni a ponerla en números. Veo los elementos de la bolsa básica, y es claro que es básica: tomates, azucar, carne, plátanos, manga, ……. se supone que está bien calculada, más de un cuarenta por ciento de aumento en 12 meses. Si habláramos de un país que declara una inflación de dos o tres dígitos, me parecería hasta normal, pero no, el país dice tener una inflación inferior a los dos dígitos: ¿qué está pasando?.
(Innovacion-Aldebaran Innovation)
Pues sencillamente está pasando algo similar a lo que está pasando en España, pero no hay nunca una entidad independiente que calcule la realidad, porque esta noticia nacía de una entidad independiente de la universidad y que había calculado, y el periódico -más bien de centro derecha- afirmaba a toda columna y en primera página, la noticia, es decir, se supone que será más o menos cierta. Seguro que lo es, aunque es probable que el periodista la próxima vez no encuentre una noticia similar para titular la primera página. En España en meses, las cañas de cerveza que costaban menos de 100 pesetas, a veces hasta mucho menos, pasaron a costar un euro, y ahora mucho más claro, es decir, aumentaron en dos tercios su precio, un 66% en poco más de un trimestre, y el indice del coste de la vida que parece que no contempla las cervezas, no subió casi nada, menos de un 3%. Yo ya no digo nada, porque como no soy estadístico titulado, como mucho doctor e investigador en economía, pero me temo que seré descalificado por otro que seguro sabe mucho más que yo, porque yo, les aseguro, estoy totalmente equivocado con esto de los precios.
Les pondré el «Money, money» de Pink Floyd, porque «Pigs» sería demasiado.
Más sobre alimentación: es evidente que en los últimos años se ha producido una tensión en los mercados alimenticios, a partir del «descubrimiento» de las alternativas biocombustibles o comida, que se han fraguado en los mercados. Eso ha favorecido un aumento extraordinario «por simpatía» -es decir, porque sí- de los índices de precios de los alimentos. Y eso ha constituido un recurso preciso para conseguir lo que se pretende que los salarios reales bajen, pues no es suficiente con la presión a la baja provocada por los procesos globalizadores, sino que también es preciso hacer posible nuevas áreas de super-beneficio en sectores tradicionales, como es el alimentario. Ya sé que todo lo que digo es políticamente incorrecto. Por eso, lo afirmo, porque ya está bien que no existan resquicios para decir lo que pasa y por qué pasa.
¡Qué magnífico album el de Pigs de Pink Floyd! ¿Se siguen haciendo cosas así o eran cosas de un pasado ya superado? En fin, ahora no estoy tan al tanto de lo que se hace, seguro que el mundo de la música pop ofrece cosas similares. Me gustaría conocerlas. Todos los años en mis cursos de licenciatura se hace una actividad docente bastante exitosa, consistente en relacionar música y realidad social. Alguna vez hemos visto algún ejemplo, aunque sin duda los tiempos no son los mismos que los setenta. Se viven las cosas de otro modo.