Si no nos dejamos atrapar por el caos, por su magia, por su aventura, puede ser que el caos nos atrape, como si fuera un agujero negro y nos impida volver ….. a la luz.
Cuando era pequeño me gustaban mucho las pescadillas que hacía mi madre «mordiéndose» la cola. Era un plato exquisito. Miren por donde llegué a las tumbas de los egipcios y volví a encontrarme con la serpiente que se extendía entre el amanecer y el atardecer en un maravilloso fresco en una de las múltiples tumbas.