Mi amigo Paco Alburquerque es un hombre apasionado y desprendido, activista, líder natural y espléndido. Mi amigo Paco es un hombre extraordinario, sensible, dador, emprendedor. Se habrán dado cuenta de que es mi amigo, pero es algo más. Paco es cordobés y yo coruñés, pero nos llevamos bien.
Pienso que le llevo uno o dos años, o tal vez no. Lo cierto es que no lo conocí haciendo la licenciatura, pero si lo conocía de lejos, resonaba en los oidos de aquellos que admirábamos a los líderes estudiantiles de aquellos años realmente especiales del segundo lustro de los sesenta. Mi amigo Paco entró casi conmigo en la cátedra de Sampedro, aunque creo que uno o dos años después. Lo cierto es que yo perdí esos años, porque me fui a vivir a Barcelona durante dos años, precisamente del 68 al 70. Al volver en el verano del 70 surgió la posibilidad de ser encargado de curso en Políticas -en aquella época todavía Económicas y Políticas constituían la misma facultad, aunque ese curso precisamente fueron separadas físicamente. Nos encontramos los dos optando por la plaza de Estructura Económica en Políticas. Estoy seguro de que él fue el que me cedió finalmente la plaza, y yo me marché a Políticas, que ahora se cambiaba a Moncloa, mientras Económicas la trasladaban a Somosaguas, al quinto pino. Por supuesto, la cátedra -no había todavía departamentos- era la misma y teníamos reuniones en Somosaguas donde coincidíamos. Pronto empezamos a colaborar en la confección de apuntes de clases prácticas para Estructura.
Recuerdo cuando fuimos junto con Carlos Berzosa -hoy rector de la Complutense-, los tres, a conocer y hablar en directo con Xosé Manuel Beiras. Yo contacté con Xose Manuel. Fuímos en pleno mes de agosto de camping, en un camping al norte de la ría de Pontevedra, y nos acercamos hasta Bueu que era donde veraneaba Beiras. Comimos juntos, aprendidos sobre las famosas lecturas de Beiras, que inmediatamente trasladamos a nuestra actividad profesional. Era una época intensa, una época en la que todos queríamos cambiar lo que nos rodeaba, también la enseñanza. Todo esto ya lo he contado con más detalle en el prólogo de mi libro: «Crecimiento económico y crísis estructural en España, 1959-1980».
Más adelante, montamos en Políticas un seminario sobre el concepto de Estructura y creo recordar que él asistió a alguna de sus reuniones. Más tarde, ya en los setenta avanzados, tuvimos una fase de intercambios en donde yo lo invitaba a participar en mis clases, y por fin, hicimos una revista juntos, una revista de Estructura Económica, de la que salieron, creo, hasta tres números. También llegamos a jugar algun partido de futbol juntos, defendiendo a los profesores en el campeonato de los alumnos. En fin, no recuerdo muchas más cosas de esa época, pero lo cierto es que siempre nos hemos llevado bien.
Hubo épocas en que no nos veíamos casi nunca, sobre todo, cuando se marchó a América Latina y estuvo varios años por allá, pero cuando regresó volvimos a mantener el mismo tipo de relación. Es una relación curiosa: los dos le damos al otro lo que tenemos, sin más. Eso nos hace confiar en el otro. Los dos creo somos leo y eso facilita que nos guste dar lo que tenemos. Paco será siempre mi amigo, aunque no un amigo íntimo, pero sí un buen amigo, un amigo que si faltara lo notaría casi inmediatamente, porque Paco es una persona desprendida, es una persona que a veces hasta lucha cuando no le dejan ser como es. Y claro, Paco es un líder como la copa de un pino y siempre le gusta llevar la voz cantante. Y tiene una gran capacidad de convocatoria, arrastra como líder natural que es, a todo el mundo. Yo también soy líder, pero bajo otros formatos más moderados.
Es curioso, pero sin hablarlo mutuamente, Paco se especializó en innovación territorial y yo en innovación social-organizacional. Los dos hemos creado cosas novedosas en los respectivos campos, cuestiones en gran medida complementarias. Su gran capacidad didáctica y su intuición le han llevado a enseñar innovación y diseñar modelos de innovación local por todo el continente iberoamericano, y ahora preside la Red DETE-ALC, de la cual yo también soy ahora miembro. Hace casi cuatro años coincidimos nuevamente en este espacio. Se trataba de que yo intentase incorporar mis conocimientos al mundo territorial. Desde ese momento, hemos vuelto a colaborar como miembros de la Red DETE en España. En defintiiva, sólo quería decir que Paco es mi amigo. Gracias, amigo.
Gracias, Roberto, por tus generosas palabras hacia mi. Comparto lo que señalas sobre nuestro tiempo juntos, aunque soy Piscis, no Leo. Me siento bien por nuestra amistad. Gracias por ello.
Sobre mi marcha a América Latina debo añadir que, en realidad, una vez que lo hice, nunca regresé totalmente. De hecho, animicamente me quedé allí, en una especie de exilio voluntario y querido. Mi proyección profesional ha sido allá, no aqui, que me interesa menos.
Quizas se deba a que soy de aquellas personas a las que no nos gustó como se hizo la transición democrática en este pais. En cierto modo, siempre me pareció un fraude. Yo no entregué los mejores años de mi vida para renunciar a las primeras de cambio a los valores republicanos. Cedidas las convicciones profundas lo demás solo podia deslizarse a la mediocridad actual, con un altisimo coste de oportunidad, como suelen decir los economistas.
Pero, de todos modos, queda lo entrañable del recuerdo de los buenos amigos, como tu.
Disculpa mi retraso en contestar. No acudo a los blogs casi nunca.
Buen verano y un gran abrazo.
Paco Alburquerque