Me pregunto como se puede ser tan imprevisor, tan malgastador y tan poco racional. Me refiero al país y a todos sus dirigentes, desde hace años y años.
¿Pero es que no está claro que somos un país sequeruto? ¿Pero es que no está claro desde hace mucho tiempo que tenemos que utilizar bien el agua, y no desperdiciarla? ¿Pero es que no está claro que es preciso innovar y ofrecer buenas alternativas a largo plazo para resolver este problema, es decir, tenemos que buscar innovaciones que nos permitan conservar, utilizar y distribuir el agua como un bien preciado, como si viviéramos en el desierto, que casi casi se parece en algunas zonas?.
Alguien puede discutir que somos el país más sequeruto de toda Europa. Nuestros rios son penosillos y muchos se secan y mucho durante épocas largas. La vez que visité Senegal, y estuve alojado en una cabaña en medio del rio Casamance, yo me preguntaba como era posible que hubiera un rio tan inmenso, al menos en su desembocadura, y que pasara tanta agua, y sin embargo, no tenía ni idea de que existía, porque a mi que me gusta la geografía y sus accidentes, sin duda no me lo enseñaron. Pero les aseguro que el Ebro, que dicen es el más caudaloso del país, parece un enano al lado del Casamance. Pues eso, en la zona norte aún bueno, pero a partir de los montes cantábricos, poco poco o nada. Claro por muchos pantanos, que por supuesto está muy bien que los haya, no hay nada que hacer, sobre todo si nos empeñamos en utilizar a diestro y siniestro el agua, sin ningún tipo de control, para las «chorradas» más inmensas, como puede ser «tener verde» en un terrenillo en Madrid o en toda la meseta (imposible, sólo a fuerza de despilfarrar agua y agua, y tener jardinero, el que lo tenga, se puede mantener el verde, siempre y cuando se riegue y se riegue y se riegue hasta que la horrible tierra de base se empape algo y durante poco tiempo). Ahora bien, todo el mundo aspira a tener un cesped inglés en un desierto castellano. Ya no hablemos de esos regadíos al tum-tum que ya me he olvidado hasta como se llaman, pero que gastan una enormidad de agua para sacar cereales, ¡cereales!, ¿a que no se lo pueden creer? Pues asi es. O ya no hablemos de esos «campos de golf» para prejubilados de IRE-Telefónica, donde el «green» ha de mantenerse impoluto para que unos cuantos viejos intenten meter la bolita en un agujerito. Ni siquiera es sensual, porque no me imagino para qué puede ser interesante «meter una bolita en un agujerito». Aunque me imagino que la utilidad es «sustitutiva» y no tiene reflejo pre-consciente.
Despilfarro, ya lo creo, despilfarro. Pero es que teníamos que saber -y supongo que habrá expertos que lo prediquen a políticos que no lo oyen- que existe un ciclo de sequías, y también de lluvias, y aún con independencia del famoso cambio climático, este país desde 1900 ha tenido de dos a cinco años de sequía por década y casi siempre a mitad de década. Estoy seguro que está relacionado con el ciclo solar, pero tampoco voy a discutir por eso. Lo cierto es que después de pasar cinco, seis o siete años sin problemas excesivos de agua, excepto puntualmente, vienen dos, tres o cuatro o aún cinco, horribles. Por supuesto, segun nos vamos hacia el sur, en general esto es más verdad.
Pero somos un país ¿de desperdicio? o ¿somos un desperdicio? o sencillamente, despilfarramos porque nos sentimos «nuevos ricos». Esto de haber «encontrado» la plata y oro americanos, no lo hemos superado. Nos comportamos como nuevos ricos, como «hidalgos», que no han comido, pero salen con un palillo «quitándose» de los dientes lo que no tienen, prepotentes, ignorantes. Ya lo decía, y muy bien por cierto -claro, nadie lo lee-, Lucas Mallada, ignorantes.
Pero es que si supiéramos algo de todo eso, o mejor dicho, si aceptáramos que las cosas se parecen a como yo las he descrito, lo normal es que hubiera una «legión de investigadores y tecnólogos» preocupados por encontrar fórmulas tecnológicas y científicas para resolver el problema o al menos, paliarlo. Como han hecho los israelíes con «su desierto», desarrollando el «gota a gota», o los romanos en su tiempo, con esos acueductos que «nos alucinan». No, nada, no tenemos, tenemos que ir a buscar soluciones a sitios que no tienen tanta necesidad como nosotros de resolver los problemas que tenemos. Nos vamos al primer mundo, y claro no encontramos muchas cosas. Más bien pocas, porque nosotros somos sequerutos y ellos normalmente tienen más agua y, consecuentemente, menos necesidad. Pero, no creen que lo adecuado sería que desde hace muchos años se invirtiese mucho dinero en desarrollar tecnologías avanzadas que permitiesen no sólo llevar el agua de un sitio para otro, sino utilizarla mejor, utilizarla sin despilfarros tan patentes, utilizarla bajo otros parámetros. Yo me temo que las desaladoras van a «envenenarnos», porque el Mediterraneo esta «ligeramente» contaminado y de ahí saldrá la materia prima. No creo que sea una gran solución. Tampoco lo es tirar de tubería en formato de los primeros treinta años del siglo XX y hacer «el gran trasvase», la madre de todos los trasvases. Seguro que son posibles muchas más soluciones. Pero ….. como no sentimos la necesidad más que cuando «viene la sequía», «sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena». Sin necesidad, no hay conciencia; sin necesidad no es posible encontrar soluciones, innovar, buscar alternativas. Ese es nuestro gran problema: no somos conscientes de lo sequerutos que somos, y de lo secos que vamos a estar en el próximo ciclo solar, que estaremos mucho más secos que en este y así sucesivamente, porque a todo esto se ha añadido lo que se llama cambio climático, que aunque no fuera tan apocalíptico como a veces se presenta, es algo cierto, algo que tenemos ahí a dos pasos y que va a acentuar tanto la intensidad de los huracanas y su frecuencia, como la «frontera de la sequía y del desierto», y probablemente algo más -tal vez los que han estropeado las costas con tantos hoteles y casas que podíamos llegar «ilegales» se vean invadidos por el océano o los mares: sería algo realmente justo-.
Total que me pregunto: ¿dónde está la innovación en este país? «Lo siento, no conozco esa calle»
Ya me lo decía mi abuelo: «no bebas tanta agua que criarás ranas». ¿Hemos bebido demasiado? ¿Nos salen las ranas por las orejas? o ¿estamos más secos que antes, más tensos, más dramáticos, como decía Jorge Amado que éramos? Desde luego, es inadmisible que los de Barcelona de pronto se den cuenta de que no van a tener agua. Y que las autoridades políticas y funcionariales se pongan en marcha ahora ….. han esperado tiempo y tiempo para no declarar que «había un problema de sequía» y que los trasvases iban a ser obligados, todo por no dar el brazo a torcer. Pero también hay muchas otras cosas, que han producido la reacción del resto de los «orquestantes» en esta fiesta. Últimamente los catalanes nos han mostrado a los demás su lado llamémosle: «cutre». Han dicho que querían que les devolviéramos más dinero de lo que pagaban, que era injusto que nos quedásemos con tanto, que si tal que si cual. Por supuesto, tenían razón en tanto casi nos habíamos olvidado de los catalanes, que los pobres con tanto trabajo finalmente, como dije después de las vacaciones del año pasado, se han quedado con unas carreteras impresentables y totalmente ocupadas, no sólo por ellos sino por las masas de turistas y transitos que pasan por sus carreteras. Es cierto, se invirtió menos de lo debido, en un lugar que si invertimos un euro, se obtiene más de un euro. Hay muchos sitios donde invertir un euro reduce el reintegro a medio euro o menos. Es decir, el resto del país estamos locos al no invertir en Catalunya, pero los catalanes han abierto las puertas de la protesta, han votado a aquellos que podían hacer más presencia de la protesta y se han puesto cutres, y eso nunca funciona. Comprendo sus cabreos, porque es inadmisible lo que siempre se ha hecho con Catalunya, pero el resto del país, especialmente los madriles han entendido que podían volver a repetirles lo de siempre: que eran agarrados y poco solidarios. Y ya ven, ya ven los resultados: el Estatut congelado en alguna estantería del Constitucional, las elecciones han quitado los votos a los que hacían de voceros de la reivindicación, y volvemos a empezar. Ah, del AVE ya no habla nadie. Ahora resulta que habiendo sido unos de los abanderados del no al trasvase del Ebro al Sudeste, cosa en la que no entro, resulta que tienen necesidad inmediata de agua, y tienen que hacer un trasvase, que no sé porqué se ha convertido en tema tabú, porque continuamente se hacen trasvases y transitos y hasta «tráficos». En fin, esta vez los políticos catalanes han caído en su propia trampa. Es una pena, porque el agua tendría que repartirse, porque hay poca; y por supuesto, estoy de acuerdo que no se llene Murcia o el Levante de campos de golf para cargarse el delta del Ebro, pero unos que dejen de hacer campos de golf o utilicen aguas residuales, y los otros que busquen la manera de que las aguas sirvan para beber, aunque como decía mi abuelo, «te puedan crecer ranas».