Me da lo mismo, pero «estos americanos (USA) están locos o son así». Pero que mucho, mucho más de lo que nos imaginamos. Tienen una cultura que no se puede entender muy bien para un europeo, pero claro son los del imperio, o sea que igual tienen alguna razón en lo que opinan y dicen. Aunque pienso que en muchas cosas no, y esta es una de ellas. Voy.
Reflexiona Obama en voz alta: «Y no es sorprendente, por tanto, que (los habitantes de las pequeñas ciudades del Medio Oeste) se amarguen, que se agarren a las armas o a la religión o a la antipatía de gente que no son como ellos, o al sentimiento anti-emigrante, o al sentimiento contra el libre comercio como una forma de explicar sus frustraciones»
Totalmente correcto. Una buena reflexión, sin duda, algo atrevida, tal vez no políticamente correcta del todo, pero es así. Seguro que es así, no se ha equivocado ni un pelillo. El problema de su «politicamente incorrecto» es que ha generalizado, y es cierto que muchos habitantes de la América profunda seguro no son como él dice, pero la mayoría probablemente sí. Y no sólo de la américa profunda, sino mucho más allá. Yo he hablado con profesores de universidad que me han discutido vehemente y apasionadamente sobre la necesidad de «defender su libertad» teniendo armas, varias, en sus casas. Y me he quedado atónito, pero es parte de su cultura. Todavía andan por el «Far West».
Igualmente me parece una reflexión cierta que el sentimiento antiemigrante procede de una educación y un aislamiento, y que todo lo nuevo les resuena a horrible, por desconocido. Es decir, finalmente no son más que un tanto ignorantes, como nosotros cuando hacemos lo mismo. Ese desconocimiento aumenta los miedos, y por tanto, aumenta los discípulos de iglesias que fomentan dicho miedo, pero dan cobijo a los mismos, ofreciendo una cobertura, también directa a miedos-ignorancias, aunque la receta se base en dogmas-ignorancias. Pero los dogmas juegan su papel en la «seguridad» interna de las personas y en el aglutinamiento en facciones o grupos de defensa. Y sin duda, todo ello acaba con la libertad y la sustituye el miedo a la libertad en formas más acentuadas, y también, como no, libertad de libre comercio, de circulación de personas, hasta libertad de elegir a sus representantes.
Si a eso le añadimos que los demócratas se presentan con dos aspirantes a cada cual más extraño para esas gentes, pues figúrense la que se ha armado con esa reflexión razonable y en voz alta del tal Obama. Y una cosa como esa le puede costar muy caro, porque la derechona siempre acaba dominando en las instancias de la prensa y aún encima, negro, radical y con el mismo nombre que el Bin Laden. ¿No creen Uds. que Obama lo «lleva crudo»? Sin duda.
Yo me posiciono, sencillamente para ir contracorriente y contra los theo-com, me posiciono a su lado. De los dos demócratas, es el menos malo, y eso de que un negro de ascendencia keniana, creo, pueda llegar a la presidencia de los USA es algo inusitado, y si esta vez no es, probablemente no tendré ocasión de verlo nunca más en mi vida. Por otra parte, la Hillary me cae mal, lo reconozco. Demasiado ambiciosa, demasiado interesada en consentir para seguir teniendo el poder, me pregunto si en vez de su marido, se lo hace un país cualquiera, si yo fuera americano me preocuparía, porque ¿consintiría también con tal de quedar bien y escalar posiciones? Sinceramente, no me gustan las «victimas», nos hacen a todos víctimas de culpabilidad: así tiene de enganchado al pobre Bill. Y además, no me gustan las sucesiones por sangre real, ni las sucesiones de marido a mujer o viceversa, que todavía no se ha dado. Hay ya varios ejemplos en la historia, y particularmente en países latinos: no me gusta, lo siento. Me parece una sin-democracia nepótica. No lo puedo dejar de pensar. Hasta hace muy poco solo lo hacían los dictadores, ahora también se ha puesto de moda en democracia. Lo siento, pero el patrimonialismo no me gusta, nada. Sorry. Ya sé me dirán que el radical soy yo, y aciertan.