El síndrome Dinho es el mismo que el síndrome Ronaldo, Rivaldo o el Cruyff o el Maradona en el Barça, o lo que pasa en todos los clubs poderosos con sus estrellas, con alguna excepción. De pronto, descubres una estrella, es tu solución, te hace ganar ligas, copas o lo que sea, durante uno, dos, tres años máximo, y de pronto, ya no eres nadie, ni tampoco lo es la estrella, que ha de buscar otros aires para renovarse, si puede. Todos se queman, y ya estamos otra vez en el dilema.
No tengo tiempo para buscar los datos, pero me los imagino: supongo que después de los primeros años de éxito, Maradona se fue al Nápoles pero antes se le buscó recambio y no funcionó -casi nunca funcionan los recambios-; Ronaldo se fué al Milán, después de que se le buscase también recambio y no funcionara; y asi sucesivamente. Y todo es porque se dirige a la antigua y de forma no-ecológica. Si algo no funciona, se cambia y punto. Se estropea el material y tenemos que cambiarlo completo, por otro nuevo. Un desastre ecológico. Un desgaste humano.
Y todo por qué, pues por muchas causas, pero como soy arriesgado voy a centrarme en una que me parece central: se utilizan más los afectos y sentimientos de lo que se debiera. A un chico joven, como Ronaldinho, ya algo estropeado por el Paris Saint Germain que entrenaba ese «jamao» del Fernández, se recupera en Barcelona, y le da unas satisfacciones inmensas a la afición, a la directiva y a los periodistas, que lo encumbran, lo hacen un dios, único, lo elevan tanto que hasta el chico que parecía bastante bueno, tímido y sonriente, se atreve a salir de las faldas de la mamãe y se empieza a despistar: normal. Es como si te toca la lotería y tienes veintipocos años …. ¿qué harías? pues el chorras. Y además, aún encima, no es que hayas tenido suerte, sino que «eres el mejor». Pues hasta te miras de otra forma en el espejo: y no te das cuenta de que sigues siendo fuerte y atlético, pero has engordado, has perdido flexibilidad, las chicas y el alcohol te atascan un poco la mente y el hígado y finalmente pareces un fantasma en el campo. Ni tú mismo te lo puedes creer, pero ha ocurrido otra vez. A Maradona le dió por la droga, porque no resistía más la presión, y la peor presión es la de los «pelotas», la de los interesados que te rodean.
Y yo me pregunto, ¿no se puede prever algo que ha ocurrido tantas veces? Pues si, pero los presidentes de los clubs españoles son de los peores dirigiendo, aficionados. Y realmente es lo que son, aficionados. Y los aficionados siempre creen que si a uno le va bien construyendo pisos y ha ganado mucho dinero, puede dirigir cualquier cosa y ganar dinero, y no es así, porque al final quieres que el equipo de futbol sea como una constructora, y seguro que no lo es. Aficionados. Y porque además lo son, más que aficionados, forofos, hooligans de su equipo, y dirigen con la emoción colgada, no saben establecer distancia entre emoción y razón y comprenderla. Y en esto del futbol, la emoción no está debajo del pecho, sino más abajo, pero en todo caso, lejos de la cabeza.
Y quiero decir que esto es igual en el Madrid o en el Sevilla o en el Valencia, o en el Atletico de Madrid, que son «los grandes», aunque también ocurre en los pequeños, sobre todo si alguna vez se llegan a hacer grandes. Saber dirigir no es algo que pueda hacer cualquiera, y hasta los profesionales se equivocan, aunque con menor probabilidad. Pero yo veo que en Inglaterra las cosas no son igual, que los entrenadores duran y duran como ciertas pilas, y tienen poco desgaste, y los presidentes son más normales y piensan, excepto el aficionado ese ruso del Chelsea.
O sea que no es casualidad, en mi opinión, que ocurran estas cosas; depende -como decimos los gallegos, y es la mejor innovación después de la rueda-, depende de las culturas dominantes, de lo «locura» dominante, de la exigencia «desaforada» de los hinchas, que sólo son del equipo cuando gana -así, cualquiera-; de que todos saben más que nadie, y por supuesto, que esa cultura nos ha dado unos periodistas, especialmente en el mundo del futbol, que son «para llorar», auténticos «productos de la cantera cultural». En fin, yo no voy a arreglarlo, pero que conste que no pasan de «malos aficionados», ¿cuando van a prepararse para dirigir? ¿cuándo van a prepararse ….. y dejar de ser unos aficionadetes?. Me temo que como mucho irán invitados por una escuela de negocios o los nombrarán «doctores honoris causa» o montarán otro negocio de marketing en torno a lo buenos que son, y lo bien que lo hacen. Mientras siga dando dinero, no importa -parece ser- el equilibrio ecológico y humano, no importa «despilfarrar recursos» y cambiarlos por otros. Y mientras los aficionados que nos gusta el futbol sufrimos como se manejan los hilos del «despilfarro» humano y social que significa perder mucho antes de tiempo a los Ronaldinhos de turno. Lo dicho: anti-ecológico.
Completamente de acuerdo contigo Roberto. Los presidentes que se dejan llevar por los colores e incluso por sus ansias de poder ser algo en la política(como le pasa al señor Laporta)y una presa que sólo sabe encumbrar en el éxito y atizar cuando vienen mal dadas.
Además es cierto que muchos de los «aficionados» solo sabes de futbol por lo que leen o escuchan pero no por lo que ven.
Y así luego pasa lo que pasa.
PD: Roberto, ahora que se acerca la Eurocopa, quizás sea un buen momento para analizar cómo la prensa primero desata la euforia para después sembrar el dramatismo.
Un abrazo,
José.
La prensa en este país siempre ha sido así, está llena de pelotas y críticos, que son los mismos. Los pelotas dan la razón al poder y buscan ser apoyados por él; los críticos, que son los mismos, lo suelen ser de los que ya están «desposeidos». Hablando del caso Dinho: primero es cojonudo y el mejor; ahora es un vicioso e impresentable. Lo mismo harían con cualquiera, sobre todo si tiene poder o puede alcanzarlo. Sólo hay que ver el comportamiento de esta «prensa canallesca» cuando se analiza la historia de El País, o la de El Mundo, y sus respectivos directores, o ahora el abrazo incondicional e interesado de los de Público con el poder actual. Son de pena, no se sabe si porque son prensa, o porque están impregnados de esta cultura española de halago y destrucción que tanto nos enfanga, y que tantas veces impide que lo razonable, lo práctico, lo oportuno, lo simpático o lo ….. salgan adelante. Aquí los silencios y las barreras están a la orden del día. Un saludo, y gracias por el comentario, y me parece bien que hagamos un modelo de lo que será la prensa respecto a la Eurocopa, seguro que ya sabemos lo que va a ocurrir y hacertamos un pleno. Que pena que no sean unos milloncejos para hacer cosas interesantes y apasionantes y que tuviéramos al menos financiación para aquello que realmente puede tener interés para la vida y el futuro de nuestros nietos. Pero no caerá esa breva.