Todos parecen ponerse de acuerdo, menos los gobiernos y sus representantes: las cosas empiezan a estar mal. Todos los síntomas van en ese sentido. El termómetro del capital que es la bolsa también duda, fuertemente, hace picos, sube y baja en el intradía como en una montaña rusa.

Me preguntaba hoy, ya en plan esotérico, si tendría que ver con el final del año, que necesitamos sufrir no sólo por esa navidad que siempre nos tortura, sino con los finales, como si de opera se tratase, o si será el «sentimiento trágico» de la vida de los españoles, que también, como ya decía, con buen tino, el buen Jorge Amado. También el sol está de «capa caída», ¿sabíais?, en el punto más bajo del ciclo, que más o menos en el siglo pasado ha coincidido con la media década, pero en este siglo se ha retrasado «la regla», no sé si estará embarazado, o hasta cabreado con que no le damos toda la importancia que tiene en nuestras vidas.

Hoy además ha habido nevadas en toda la peninsula o en buena parte de ella, y el pronosticador del tiempo dijo que los vientos eran del Sur, ¿es posible que con vientos del sur, normalmente cálidos en el hemisferio norte, haya nevadas? pues parece ser que si, porque mi hija, que sabe mucho de eso, me confirmó que los vientos eran del sur, y eso que está en el norte, y bien tapada por montañas. Vientos del sur y con temperaturas de menos diez grados ….. sorprendente.

Supongo que estaré equivocado. Si fuera astrólogo me hubiera inventado alguna conjunción de planetas y le atribuiría lo que nos tiene atribulados. Porque este año no podremos tomar tranquilos los turrones -bueno, tengo la impresión de cada vez se toman menos, por eso de las dietas- y atiborrarnos de comidas, parece que tenemos que sufrir trágicamente algún descalabro.

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Lo que no cabe duda, es que lo económico no va tan bien como el año pasado, y nuevamente la economía alemana se ha enfríado, la estadounidense anda a trancazos, y hasta la inglesa se ha parado. Quedan los emergentes, pero los emergentes sin mercados también frenarán. En nuestro caso, en España, el otro día estimaban que en la construcción se iban a perder más de medio millón de puestos. Pero los políticos ofrecen 2 millones, o sea que no tenemos que preocuparnos. Ahora bien, si son dos millones para investigación, para innovación, para I+D+i, para educación, para salud y para comunicación, me apunto. Lo peor es si son dos millones más para control, para policia, para proteger propiedades, para cosas asi.

La verdad es que tengo «cuerpo» de fractal, caótico, pero organizado.

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