El Oeste es por donde vienen las tormentas; un lugar vivo, que nos trae agua, que nos trae vida. El Oeste, el mundo del poniente, es por donde «va el sol», por donde «se va la vida», «por donde hay que perseguirla».
El Oeste son las aventuras y las fronteras; el Oeste son los proyectos y las nuevas ideas; el Oeste son las «fuerzas productivas» irrefrenables en su caminar hacia un «no sé donde»; el Oeste es ese sol que se hace grande, que se pone en el horizonte del mar, que dan ganas de seguirlo y a la vez de adorarlo, porque es finalmente la vida, y sin su energía no somos.
El Oeste es también la creatividad, la innovación, la flexibilidad, la visión, la mente sin horizontes, las ideas, el entusiasmo, la motivación, la adaptabilidad, la curiosidad, la búsqueda, la ….. Se cuenta que Picasso decía que cuando trabajaba, abandonaba su cuerpo en las puertas de su casa, no queria soportar sus limitaciones físicas y las transcendía.
El Oeste en mi modelo de innovación es la innovación misma, que no podría existir sin unos buenos fundamentos en el Este (Calidad, Cliente y Comunicación, que se traducen en Conocimiento), ni tampoco con el recorrido de Este a Oeste por el Norte, pero el Oeste lo integran tres variables, todas ellas en cierto modo erráticas o independientes, que aunque puedan depender de otras, pueden también ser generadas con independencia hasta de la voluntad y que generan efectos decisivos en personas, grupos y organizaciones.
Las tres variables son: la Tecnología, se sitúa en un noroeste; el Proyecto, que se situa en el poniente mismo; y el Estilo Directivo, errático y regenerador e impulsor del modelo, que se sitúa en un viento más cálido, el del Sudoeste. Tecnología son lluvias y tormentas, Estilo Directivo, son lluvias, esta vez más húmedas y abundantes, Proyecto son cambios, son nuevos entornos donde desarrollarse, son ideas, son futuro, y planes para desenvolverse.
La tecnología y las fuerzas productivas son una variable con un gran grado de autonomía, «el desarrollo de las fuerzas productivas», decía Marx. Siempre nos sorprenden, siempre nos rebasan -y sino, miren uds. al mundo de la biotecnología y los problemas de adaptación que tienen a nuestras sociedades-, siempre son un agente de cambio, casi con independencia de nuestras voluntades.
El proyecto marca lo que se quiere y hacia donde queremos caminar, y hasta como queremos hacerlo; además, el proyecto confiere holding, pertenencia a aquellos a quién va dirigido, y el proyecto es sobre todo, futuro y cambio, con todas las incertidumbres y hasta miedos, que eso conlleva.
El Estilo de dirigir es otra variable que yo llamo «errática», y es errática porque depende hasta de los estados emocionales, y no siempre es fácil «reproducirla» en los mismos formatos; es contradictoria, es compleja, es difícil de controlar; depende de la posición en la «pajarera» y de otros muchos factores. A mi me gusta hablar de dirección innovadora, para saber acompañar oportunamente a las personas, a los grupos, a la organización y saber utilizar la tecnología, el proyecto y las «variables del Este», y para ello se fundamenta en una metodología propia y unas habilidades a desarrollar; pero no es fácil, es un mundo donde la subjetividad es muy importante, otra variable en gran medida autónoma, independiente, que puede causar mucho cambio, o también que puede retrasar casi indefinidamente el cambio.
Me gusta el Oeste, me gusta la aventura de la vida, me gusta la incertidumbre y los riesgos que es preciso asumir para enfrentarla, soy un hombre del Oeste, en este sentido, claro. Los gallegos somos una mezcla de Oeste y Norte y Sur, eso es lo que predomina en nosotros.
Y lo más bello de todo es ver cómo el oeste se comunica con el este con «sólo» dar la vuelta al océano, es decir, se podrían o se pueden tocar. Aunque se encuentran en los extremos, no requiere más que buenas ganas para trascender y hacer cómplices el que nace y el que necesita morir para volver a nacer, echándole un poco más de hierro y armonía a la gran espiral de la vida. Lo que a veces nos falta es el valor de sacarnos a nosotros mismos de la inaptitud e innovar, crecer, es decir, animarnos a entrar en la dinámica de la espiral, de la misma vida.
En realidad, podríamos hacer la hipótesis que el camino de un hombre se marca hacia el oeste, hacia una aventura …… y el de una mujer a recuperar su naciente. Pero lo cierto es que este y oeste es como yin y yang, dos vertientes de la misma espiral. En «La Crónica del Alba», de mi Sender, en el primer libro hay un gran ensayo para configurar valle y montaña. Me gustaría releerlo, no puedo acordarme bien, pero me parece que lo que concluía Sender es que las mujeres del valle combinaban bien con los hombres de montaña, porque cada uno expresaba «su sentido». Tal vez lo que decía Sender era al revés, no lo recuerdo. Pero la fusión de Este-Oeste podría ser algo similar. Otra cosa es que Este u Oeste no son puntos, sino que depende de donde se está. Japón es el Oeste de Estados Unidos, y China el Oeste de Japón y el Este de Irán. Depende de donde estés, así están situados Este u Oeste. Hay que tener en cuenta que eso no es igual con el Norte y el Sur, que son puntos cardinales más estáticos, dado que el eje de la tierra los sitúa: «no hay movimiento Norte-Sur o Sur-Norte». Tal vez escribo por escribir, pero me apetecía hacerlo, aunque no diga nada. A fin de cuentas es uno de noviembre, y no tengo otra cosa que hacer.