Confucio, siempre Confucio.
«De un hombre, observa su manera de actuar y las razones que lo mueven. Observa qué le hace sentirse bien. De esa forma, lo conocerás»
«Conócete a ti mismo»
Inscripción de los siete sabios en el frontispicio del templo de Delfos. Atribuida a Sócrates.
El principio de todo buen hacer. Todo empieza por uno mismo. Si te conoces, o en la medida que te conoces, conoces a los demás, y si los conoces, puedes relacionarte mejor, porque podrás «ponerte en su lugar». Pero es que además, es el principio de todo conocimiento, porque conocerse a si mismo y conocer a los demás, es la primera forma de conocimiento, de alguna manera, ya que puede condicionar otras muchas.
El conocimiento de uno mismo parte de la propia experiencia y de su desenvolvimiento. Aquellos que saben aprender del error y de sus propios actos, y «hacen» ciencia de sí mismos, tienen más posibilidades de que su experiencia sirva para el conocimiento de sí mismo. Quienes «tropiezan y tropiezan una y otra vez en la misma piedra» y no aprenden de sus errores ……… Por tanto, la prueba y el error, la experiencia es el fundamento del conocimiento, de uno mismo, de los demás y del afuera.
Es fundamental conocerse a sí mismo como dice Sócrates, de esa forma aprender a relacionars mejor y a obtener mayor conocimiento, pero para eso tenemos que salir del aislamiento que muchas veces sufrimos en la sociedad actual ( las prisas, la falta de tiempo, la falta de reflexión…)y para solventar en laguna medida este problema nos podemos apoyar en el modelo que plantea Joseph Luft para mejorar esas relaciones interpersonales. Según este autor tenemos cuadro cuadrantes o áreas de relación: un área oculta, un area ciega, un área desconocida y un área libre. La primera es aquella que representa de nosotros la información que los demás conocen, pero que es desconocida para uno mismo. La imagen que nosotros tenemos de nosotros mismos no coincide con la que tienen los demás, la segunda representa lo que nosotros conocemos y deliberadamente ocultamos a los demás , la tercera es el ámbito de lo inconsciente, desconocida para uno mismo y para los demás y la cuarta, representa la parte del propio yo que es conocida tanto por los demás como por uno mismo. En ella se desarrollan todas nuestras acciones libres que no ocultamos a los demás, en este sector es donde se produce la mejor omunicación con los otros y la que nos ayuda a desarrollar el conocimiento, a aprender de nuestros errores. Por eso si utilizamos esta parte de nosotos mismos fomentamos el desarrollo de nuestras experiencias como fundamento del desarrollo del conocimiento.
Qué difícil resulta saber cómo somos. Necesitamos un espacio y un tiempo para salir de nosotros mismos y observar cómo somos. Y con el «ruido» que nos rodea y en el que estamos inmersos no es nada fácil. Necesitamos crear un poco, sólo un poco, de silencio…