Primeras damas que «sustituyen» en las presidencias a sus maridos, que optan por los puestos por ellos ocupados, o que los dejan «en la estacada». ¿Es una nueva generación? ¿Las damas al poder?
Para ser primera dama hay que ser inteligente, eso no lo duda nadie, porque a fin de cuentas es como la «almohada» del presidente, ¿dónde puede tomar mejor sus decisiones que con el respaldo de una «buena almohada»? Eso enseña mucho, si es que ya no se sabía. Por otra parte, ser «segunda», ya lo he contado en otros sitios, es un gran aprendizaje y una posición con futuro, más que ser líder, que los tenemos un tanto deteriorados como tales.
Noticias de esta semana son: Cristina Kirchner quiere suceder a su marido y probablemente lo conseguirá; la mujer de Sarkozy lo «planta» en el Eliseo, quedado «solo y sin novia» al nuevo líder de las europas mixturadas; Hillary Clinton sale bien en las encuestas para las primarias estadounidenses, y por tanto, como posible candidata demócrata, por encima el Obama; la Botella apoya a los representantes de la derechona del PP, y sale en la foto con ellos, con los Acebes y compañía -por cierto, sigue aferrada al puesto que le «facilitó» su marido en el ayuntamiento; hay más noticias ….. sobre primeras o ex-primeras damas, pero no es necesario dar más datos. Sin duda no son las primeras, porque ya pasó en Filipinas, en Nicaragua, y en otros sitios. No quiero equivocarme, porque los detalles no son mi especialidad, sino los sentidos.
El buen sentido me dice que algo está pasando en la política con el acceso de las damas, en este caso, ex-primeras damas, a «renovar» el espacio dejado por un marido «jubilado». ¿Qué significado tendrá? ¿Será una continuidad o una revancha? ¿será una reivindicación que permita situar a las damas en el puesto que les correspondía desde que sus maridos eran presidentes? ¿Será que en el fondo ser lider es hacer un poco el ridículo y han llegado a verlo tan de cerca y con tanta nitidez, que es preciso recuperar un poco el prestigio familiar? ¿será …..? ¡Qué será, será, que sea ……!. Se abre su turno, mis amados lectores, busquemos la solución de estos acertijos.