«Blade Runner» camina de nuevo, sigue siendo sin duda una película de fiction realista, y parece ser que se ha «renovado» o actualizado, o ampliado. Ridley Scott mejora -o eso quieren las noticias y promociones- el trabajo anterior, por supuesto sobre las mismas bases. Ahora el protagonista es evidentemente lo que parecía en la primera versión: replicante, o sea un androide, un robot humanizado, que como recuerdan persigue a otros replicantes «desviados» y que no quieren «caducar», se resisten a la muerte.

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Pero lo mejor de Blade Runner son sus imágenes, esas multinacionales que lo invaden todo con sus publicidades, esa tremenda concentración de población, esas soledades y posibles peligros y delicuencias, esa frialdad y temor en las interrelaciones, esas jerarquías extremas y dominantes, esos edificios que muestran algo así como un infierno de pirámides de poder, y más. Y no me digan que no es anticipatoria de otros espacios «1984», que es maestra de otros temas, y «Mundo Feliz» de Huxley, que profundiza en otros espacios más sociales, y «Farenheit 451», también podría añadir otros. Supongamos que fuéramos capaces de integrarlas, cuanto no nos harían pensar.

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Ver nuevamente Blade Runner nos hará ver otras dimensiones de la misma película, es lo que tienen las cosas buenas, que cuando puedes volver a leerlas, o a verlas, o a repensarlas, «vemos» otras realidades que la primera vez no habíamos visto, pero el conjunto era tan atractivo que nos atrapa, y queda latente o presente en nuestras conciencias, y hasta lo regeneramos idealmente, y en un momento, volvemos y reparamos en temas que «estaban allí», que sabíamos que tenían que estar, pero nada más que los habíamos intuído.

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Y, eso ocurre muchas veces cuando las cosas se han hecho bien, se hacen profesionalmente, uno se documenta de verdad, uno cuida los detalles, uno se da tiempo para repasarlo y hasta para reeditarlo, como es el caso. Scott era ya un gran director, se enamoró de su película, y esa motivación extra hizo que el cuento en el que se basaba se mejorase hasta los extremos inverosímiles que puede hacerse cuando se encuentra un buen argumento y hay un buen artesano con toques artísticos, casi una obra de arte, socialmente hablando. No entiendo tanto de cine para decir si Blade Runner es una obra de arte técnicamente hablando, pero si por lo que dice y por lo que no dice, y por el tratamiento de los detalles, donde los fondos a veces, son más relevantes que los primeros planos, y todo en un conjunto que produce tantas imágenes al tiempo que difícilmente podemos asimilar a una primera visión. Es un film para pensar, porque es una anticipación, pero posible.

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Y, ¿por qué le dedico yo tanto tiempo?. Me explico. Yo ví «tarde» Blade Runner, me la recomendaron mis hijos. La ví con la reticencia inicial de no haber sido de los primeros en descubrirla, ya no era el descubridor. Pero me pareció una buena película. Recuerdo que salí del cine e hice muchos comentarios críticos: todavía mi forma de anticiparme y «ver el futuro» luchaba contra los contenidos o algunos de ellos que había sólo percibido, eran quizás demasiadas imágenes, y además, primaba eso de no haber sido el descubridor: me gusta ser el que «descubre» una película, una novela, un producto, una nueva forma de hacer, ….. siempre me ha gustado, y siempre lo he procurado. Un año después volví a verla y ya empecé a disfrutar plenamente de sus anticipaciones, y por último, la ví una vez en la televisión, y ahí, recuerdo que estaba solo, disfruté, a pesar de los anuncios lamentables con las que nos torturan mientras vemos algo que tendría que ser continuo, o como mucho, con una parada para poder ir al servicio. Compré el video, pero nunca lo ví. Ahora compraré la nueva edición porque quiero disfrutarla nuevamente.

Y le dedico tanto tiempo y espacio, porque hay mucha «basura» que nos colocan, y pocas cosas que valgan realmente la pena sobre el cine de ficción, y quiero proclamar que películas o literatura como las que he citado valen la pena, aunque ahí no están todas, claro, pero para mí han sido principales. Wells-Huxley-Orwell-Bradbury-Scott son un buen quinteto y nuestros jóvenes que tienen que leer, lo pueden pasar bien abordándolos, y todos podemos hacerles algún repaso.

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Ah, y en todas ellas no hay utopías, sólo hay búsqueda de la anticipación, de anticipar lo que puede ser, para estar preparados, no para temerlo, sino para saberlo, y poder posicionarnos, porque sabemos que el presente es difícil de vislumbrar, saber donde vivimos es lo más difícil, pero si estamos preparados para dialogar con el rio de la vida, y su crecida o su torrentera no nos coge de improviso es porque el análisis del presente anticipa, como decía uno de mis maestros, el futuro, y anticiparlo es empezar a conocerlo. No son utopías, sino anticipaciones. No está mal tener algo de utopía en la formulación de un proyecto, pero no me parece recomendable vivir en la utopía o en la ideología que la rodea; el recurso para anticiparnos al rio y que no nos sorprenda demasiado en su discurrir, es eso encontrar visiones científicas que adelanten lo posible. Es bueno estar prevenido, porque en ello y sobre ello podremos «montar» y diseñar nuestros proyectos, bien para reparar anticipadamente o bien para re-encauzar en la medida de lo posible las tendencias no deseables o al menos, estar preparados para ellas. Y no, como casi siempre nos ocurre, tener que estar poniendo parches, cuando las cosas ya no tienen remedio ni es posible ni siquiera mínimamente reencauzarlas.

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2 comentarios en «Replicantes»

  1. Según iba leyéndote, me acordaba de otras dos piezas que para mí han sido también principales, especialmente la segunda. La primera es «2001», con su mundo gobernado por máquinas. La segunda la vi siendo niño, y eso marca: «Cuando el destino nos alcance (Soylent green)». Para mí resultó impresionante ver una sociedad sin valores en la que imperaba una cultura de muerte y desolación.

    Además me rondaba otra idea en la cabeza, así que decidí ponerle fechas. La mayoría conocemos a H. G. Wells por lo que escribió a finales del siglo XIX («La guerra de los mundos», «La máquina del tiempo», entre otras). «Un mundo feliz» se editó en 1932. «1984» apareció en 1949. «Farenheit 451» data de 1953. «Blade Runner» se filmó en 1982, pero se basa en una novela de 1968. «2001» también es de este año 1968. Y «Soylent green» se filmó en 1973 basada en otra novela de 1966. Así que llevamos 40 años sin leer nueva literatura de anticipación, como seguramente te gustará calificarla.
    ¿O es que llevamos 40 años sin que nadie la escriba? ¿O es que ya no es necesaria porque hemos reaccionado ante lo que en este septeto se nos anuncia?

  2. Que olvido lo de «2001, odisea del espacio». Extraordinario el sépteto … intentaré localizar ese Soylent Green que me anuncias, sinceramente no lo tenía en mi memoria histórica. Realmente esto de internet es fabuloso, menudo descubrimiento que eres. Seguro que puedes comprender que cuando te he leído, he comenzado automáticamente a sonreir, porque lo que decías era …. bueno … para sonreir de placer.
    He comprado alguna «ciencia ficción» de las últimas, pero no me acaba de convencer … puede ser lo que tu dices, o puede ser que yo ya no esté abierto a comprenderla e interiorizarla. Nunca sabemos del todo.

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