«…. se llama en Italia a los varones mimados hasta el extremo por sus madres, y consecuencia, pegadísimos a sus faldas».
Resulta que el 36,5% de los italianos mayores de 30 años aún vive en casa de sus padres y, a corto plazo, no muestra la más mínima intención de independizarse. Me da la sensación de que en España las cifras tienen o tienden a ser parecidas. ¿No creen? Mamones o chupópteros o como quieran llamarles. Las condiciones de vida y sobre todo, las nuevas formas evidentemente confundidas de permisividad mal entendida, llevan a situaciones que ya empiezan a ser dramáticas.
Es una tema del que casi no se habla. Que la sociedad mantiene sin publicidad, como si de un pecado -que lo es- se tratase. Esa falta de iniciativa, ese quedarse en la casa con la «sopa boba», ese vivir a cuenta de unos padres no conscientes del daño que se hacen a sí mismos y a sus hijos, …. y donde la confusión entre los mismos padres, como se veía en la película francesa Tanguy (2001) -que por cierto tuvo bien poco éxito-, acaba permitiendo que los hijos ni se comprometan, ni se atrevan a marcharse, ni quieran hacerlo, ni acaba importándoles …. invadiendo la libertad de padres y haciendo que su vida sea una chorrada.
¿Cómo vamos a innovar así, si hay tanta gente joven que no quiere libertad, ni quiere compromiso, ni quiere responsabilidad ….? ¿Se puede ser responsable en el trabajo e irresponsable con la situación familiar? Personajes bipolares, egoistas, dependientes, autoritarios, condicionadores, …… que diferencia con otras culturas, que diferencia con la nuestra misma hace unos años, y todo disculpado por un discurso de evitación de responsabilidad en que la «culpa» la tiene la sociedad que no les facilita y regala pisos, unas empresas que no les pagan más de 1.000 euros al mes -mileuristas- o no les da lo que es su derecho: vivir casi sin trabajar, o mejor, vivir bien, sin pasarle ni una peseta a sus padres. Y entonces, así tiene un buen coche, una buena vestimenta, muchos caprichos de fin de semana y toda la razón cuando dice que la culpa no es suya, que es de los que no le dan lo que él necesita para seguir viviendo como ha vivido hasta ahora con el esfuerzo directo de sus padres. Sorprendente.
Me gusta la palabra Mammones, tienen gracia estos italianos al ponerle nombre a esta barbaridad, que cada vez se extiende más por el mundo. Me pregunto que harán los hijos de esta generación cuando quieran vivir como han vivido sus padres ….. ¿será una generación sacrificada, o será una generación más caprichosa todavía? y en este caso, ¿qué harán sus padres para conseguirles todos los caprichos y la vida que van a exigir?. Sin duda, esta generación no tendrá esos compromisos, porque no tendrá hijos o tendrá poquitos. Menos mal que los inmigrantes vienen a trabajar, trabajan y también aumentan la demografía …… Mammones, sí, mammones.
Hola Roberto. Yo también vi la pelicula, y estoy intentando grabarla para ponerla en clase de Sociología de la Familia.
Las formas de vida han cambiado, y mucho más si hacemos historia (quiero decir más historia) y pensamos en la imagen del joven o el niño tras la revolución industrial. En ese sentido, todo sería justificable, incluso el hecho de que los padres admitan o no el que sus hijos se hagan viejos en sus casas; sin embargo es inconcebible desde una visión como la nuestra, donde independizarse significaba tener novio o similar.
Según los datos del INE sobre la población española, el indice de dependencia en España ha bajado y se encuentra en 22, 4, siendo el de la UE de 25,4. Los datos incluyen comparación de los índices, respecto a los 70′ (siendo entonces de 39,1 para España y de 44,2 para la UE).
Más allá de los datos, está la forma de entender y transmitir la independencia y la dependencia, e incluyo en esto la de tipo «psicológico».
He vivido en italia, y se lo que son los mammones (la mamma è la mamma!) Mientras nosotros animamos a nuestros hijos a vestirse solos, desde los cinco años al menos, he conocido en la mayor parte de las familias, los cuidados y excesos sentimentales de dependencia, hacia sus hijos. He convivido con alemanes, y he visto justamente lo contrario: niños que con cinco años iban al cole en sus bicis, guiados por sus padres. Es cultural efectivamente… pero nosotros (los españoles) seguimos sin animar a los hijos a ganarse la vida pronto…
La dependencia afectiva, el chantaje afectivo, la sobreprotección, es un seguro para los mayores y una traba para los más jóvenes. Sin embargo, eso que podría verse a nivel de grupo familiar, no se podría aplicar a nivel de grupo humano, de sociedad, de comunidad (o si se quiere, de estado). Es decir para una comunidad, no es buena esa dependencia afectiva, en ninguno de los niveles ni incluso en el de reproducción del grupo