Hay muchísimas razones para contestar que no estudiamos suficiente, pero quiero resaltar una por la que la gente en nuestro país tiene cada vez menos «ganas» de estudiar. No es para justificarlos, sino para conocer una razón cultural que incide decisivamente en las motivaciones. Tampoco quiero formular una tesis, ni abarcar todo el problema vinculado a esa mala costumbre de estudiar poco o lo imprescindible y no parecer interesado en buscar, en aprender, en conocer. Sólo una píldora, una pequeña píldora.
La cultura dominante se centra en los títulos más que en el aprendizaje, y una vez centrados en ellos, y conseguidos, la práctica nos dice que lo que vale para conseguir un buen empleo -si es que todavía quedan- es más la de tener un buen «enchufe» que la de saber mucho.
Hay muchos síntomas de todo esto: por ejemplo, la ínfima valoración social que tienen los estudios de doctorado y cómo las empresas, a pesar de tener subvenciones específicas e interesantes no emplean doctores. Otro ejemplo sería la «huida» desesperada de «cerebros», porque aquí no se consigue hacer aquello para lo que uno vale. Otro ejemplo, sería el infraempleo de los licenciados. Hay muchos síntomas que nos indican que hacer bien una carrera no es decisivo socialmente, y hasta puede ser un problema. Item más: no olvidemos que la selección en las grandes empresas está en manos de «recien» licenciados en prácticas, en su gran mayoría.
Y el «enchufe» sigue siendo decisivo, sí, no me miren así, yo no soy más que un mensajero, no me tomen por el responsable.
Hay que luchar «contra el enchufe», pero ¿es posible?. Está tan enganchado en nuestra cultura …. ¿dónde está la igualdad de oportunidades?. Algo hemos avanzado, pero ….. recuerdo que era una polémica continua cuando yo era joven. Ah, y no es cuestión de oposiciones, que no es precisamente la mejor forma de conseguir buenos profesionales en la práctica. Hacemos que se encierren años para sacar una oposición que finalmente les pide lo que ya habían estudiado, y claro, no sólo hay que tener algo de opositor para hacer oposiciones, sino que después de tal experiencia, uno se hace a la «teoría» y le cuesta mucho trabajo «bajar» a la realidad cotidiana …. Las oposiciones «frustran» más expectativas que otras formas de acceso, y ya no hablemos de los números uno ….. ni de las cooptaciones, ni de ……..
Más que ofrecer una pequeña píldora acabas de abrir una botica. Dos notas acerca de ella.
La primera, referente a un editorial que leí hace unos años. Venía a concluir que aquí hemos formado en la universidad a muchos economistas que después han tenido que trabajar como malos contables, en vez de formar en niveles no universitarios a buenos contables.
La segunda, acerca de la exposición sobre el ejército de terracota de Xian que tuve ocasión de visitar en Madrid en su día(ahora se encuentra en Londres hasta el 6 de abril de 2008). Creo recordar que se exhibían una docena de estatuas originales. Algún general, algún capitán, algún soldado… todos con los brazos extendidos y las manos prontas para la acción. Menos uno. El funcionario llevaba sus manos ocultas y recogidas en las mangas de sus amplios ropajes. La interpretación inmediata y facilona, «made in spain», es que los funcionarios ya «no daban golpe» en la antigua China imperial. Pero a mí me gusta otra más sutil. El funcionario no trabajaba con sus manos, sino con su cabeza. En él residía el conocimiento que hacía posible el sistema.
Tambien gracias al funcionario el sistema funcionaba mal y lentamente en la antigua china? Eso si que es adelantarse a los tiempos… Es broma.