Siempre he estado enamorado de los atolones del pacífico, desde pequeño. Recuerdo que tenía una maravillosa profesora de Geografía, la Sra. Lens, una gran señora y una gran profesora. Ella me inició en el tema de los atolones. Recuerdo que nos proyectaba películas australianas, canadienses, británicas, norteamericanas, ….. sobre naturaleza y cosmos. Era maravilloso ver aquellas imágenes. Seguro que de ahí me ha quedado esa total afición a ver documentales de animales y de naturaleza. Gracias, Sra. Lens. Siempre la he tenido en mí, la he llevado conmigo, en mi cabeza y en mi corazón.

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Bueno, pues una de las cosas que me apasionó y me encantó fueron los atolones, esas rosquillas de tierra, que luego supe que eran arrecifes coralinos, que embalsaban un mar azul precioso y transparente, y a su vez estaban rodeadas de otro gran mar, de un océano inmenso y también azul en sus diversos grados hasta la intensidad del azul marino. Tengo que reconocer que es una asignatura pendiente …. por desgracia sólo he visto el pacífico desde tierra y los atolones estaban más lejos, no podía verlos …… había que recorrer miles de kilometros para llegar a ellos. Supongo que alguna vez veré alguno. Me hace una gran ilusión, no sólo pensando en Gauguin, sino pensando en el arrecife, en su fauna, en sus colores, en esas variadas tonalidades de azul y aún verde. En fin, …. para qué decir más. Enamorado de los atolones.

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Se me ocurrió hoy yendo en el coche a que me revisaran la tensión de mis ojos, que por cierto parece que ha vuelto a ser normal. De pronto, me vino a la cabeza el estudio que he comentado de Julio Alcaide, sobre la demografía en España, y me figuré a Madrid, en medio de un desierto de … ¿arena? hasta llegar a una circunvalación hacia el mar …… nuevamente verde, no toda, pero mucha de esa periferia, con densidad demográfica otra vez recuperada, y luego …. después de la periferia, el mar. Realmente el país se parece a un atolón, pero ¿que sería Madrid, un conglomerado de gente en medio del atolón? Se me ocurrió que podría ser un volcán sin explotar …. un volcán emergente, cada vez más alto, que va saliendo del desierto que lo rodea, cogiendo altura ….. y que todavía no ha explotado como hizo el famoso volcán de Santorini …. que como Uds. saben se llevó en un tsunami impresionante por delante a casi toda la civilización minoica.

¿Podrá explotar Madrid? ¿Es realmente Madrid un volcán? Pues miren, a veces lo parece, parece que está a punto de ebullición, y en tal calentamiento, tiene pocas entendederas. A lo mejor es la tensión de ser volcán lo que hace que su gente parezca tan enfadada, y a veces, agresiva. Recuerdo que la primera, y desde luego última, vez que fui a Mesina, no había casi nadie por la calle y me contaron en el hotel que la gente en Mesina desde el terremoto de principios del siglo XX que destruyó la ciudad, eran ariscos y casi no se bajaban del coche, hasta para saborear un café. No sé si era una exageración, pero si era cierto que las calles estaban muy desiertas ….. mucho. No es el caso de Madrid, donde las calles suelen estar llenas, como corresponde a un país mediterraneo-continental, con mucha luz. Pero quién sabe si el miedo inconsciente que se tiene por estar «en el volcán», hace que sobre todo, cuando la gente se sube a un coche, se haga tan arisca, tan ruda y hasta tan mal educada.

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Sigo mi razonamiento para no hacer demasiados meandros. Madrid, ¿un volcán? Me parece que representa bien lo que es Madrid en esta mal llamada piel de toro. Demasiado poder, si, demasiado poder, no sólo político, y demasiado poco esfuerzo y trabajo. No es que no se trabaje, que se trabaja, pero es el sentido que tiene el trabajo. Madrid de tanto poder que respira, resulta más pijo que otras capitales; también resulta que se trabaja mucho, demasiado, y hasta fuera del horario razonable. Y parece que todo está como en crísis, como si el volcán fuera a explotar, acostumbrados a un mundo de cambios -no a un mundo científico-, y como todo depende de la voluntad del poder de turno, Madrid teme la ira del volcán donde se asienta y propugna su mejor estrategia: «tierra quemada» y «coge el dinero y corre».

Tal ve por eso, cuando se puede, uno se va …. se va de vacaciones, se va de fin de semana, se va a pasar unos días fuera, se va ….. se va …. se va …. -me ha recordado un bolero- ….. ¿nos vamos por si acaso ….. tiembla la tierra? o nos vamos porque tanta tensión y energía concentradas, tanto poder, tensiona tanto -hasta nuestra vista- que no podemos aguantarlo y necesitamos unas vacaciones …… Les dejo que me vayan aportando más datos ….. faltan muchos para resolver este jeroglífico, este volcán ¿en erupción? en el medio de un desierto y luego la rosquilla del atolón que, como «mosca cojonera» necesita más dinamismo y menos inmovilismo, y cómo también el volcán les asusta, pues quieren también alejarse y hasta llegan a necesitar independizarse …. a ver si el tsunami previsible no les coge. …… Me temo que van a seguir esperando sentados …. y que suerte, que los periféricos tienen mar …. al menos, en verano la brisa de la puesta del sol permite que puedan dormir más placenteramente. En Madrid, en verano, no hay quien duerma.

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