Nintendo

Nintendo es una compañía con más de cien años. Tiene oficio en eso de los juegos desde el principio. Y en los últimos años ha dado un vuelco al mercado de los videojuegos con el wii. Ahora un colaborador me manda una noticia de que se ha convertido ya en la segunda empresa por capitalización bursátil del Japón, después de la gran Toyota, y superando a Canon, otra empresa líder en innovación.

Recalco lo de una empresa de hace más de cien años, finales del XIX, una empresa acomodada y vieja que sigue haciendo innovación, no sólo que sigue sino que lidera la innovación en su campo. Al wii le llamaban revolución, por algo sería y es. En términos de mercado, diríamos que ha «machacado» a Play Station y a todos sus copiones. Ahora empiezan sus imitadores. El conocimiento es la causa de todo esto. La comunicación e intercomunicación es la causa de todo esto. El conocimiento del cliente y de las necesidades. Los grupos de trabajo y de investigación. Y convertir la organización en una empresa de que busca continuamente, que indaga y sintetiza necesidades y las transforma en productos que «son esperados» por el cliente.

Nunca he jugado a maquinitas desde los tiempos de aquellas de ping balls que había en los bares y yo era un hombre ya de veintitantos años, que alguna vez me paraba en ellas. No me había preocupado por los juegos de mis hijos ni de mis nietos con esos pequeños artilugios con los que se entretenían. No tenía en la cabeza más que el nombre de play station porque todo el día estaba en la televisión, y lo único que me interesaba de eso era que los anuncios a veces no estaban mal, y resulta que un día unos amigos nos invitan a su casa, en las navidades pasadas, y los chicos y ellos mismos se ponen a jugar con la wii y sinceramente sentí envidia, quise tenerlo para jugar. Es muy bueno. Supongo que se podrá hacer mejor, pero la idea es estupenda. Eso de jugar al tenis o al golf en tu casa con tu amigo o tu hermano o tu madre o ….. De pronto, me interesó, lo que nunca me había interesado. No digo que me haya comprado uno, porque con quién lo iba a jugar -tendría que hacerlo entre la mano derecha y la izquierda-, pero me enganchó. Esta claro que los de Nintendo lo han hecho bien. Hasta yo que no soy nada jugador en ese sentido, y que afirmo que no juego a la loteria porque no quiero que me toque, me gustó el artilugio.

Y, ¿cómo se llega a esto? No es fácil saberlo, pero no se acierta por casualidad. El conocimiento está detrás de este éxito, el conocimiento de la necesidad, de la realidad, del cliente, sobre todo ese que en pocas ocasiones ocurre. El otro conocimiento, el tecnológico, también exige una organización y un sentido, pero pienso que es más común. Los tecnólogos suelen ser muy organizaditos y exigentes con su trabajo, disfrutan con él. Claro que en Japón trabajan en grupos y no tan separados como por estas latitudes. Pero eso ya es parte de su cultura.

Total que las tres primeras empresas en capitalización bursátil en Japón son tres empresas que siguen siendo fuertemente innovadoras. Toyota ha cambiado el sector del automóvil y ha desbancado a la General Motors en su propio país, Estados Unidos. De Nintendo ya hemos hablado. Y de Canon que podemos decir, si segun mis informaciones va aproximadamente un año por delante de la social-admirada Nikon en máquinas digitales. Las hace de más pixels y más pequeñas y compactas y sus lentes han alcanzado un nivel de calidad equivalente.

Hay que ser innovador, saber ser innovador, para ser líder de capitalización en Japón. En España no es tanto así, aquí es cierto que ser innovador es importante, pero no son las primeras precisamente. No hablaré de esto, porque me llevaría al tema de la cultura dominante en cada sociedad y no es la cuestión que hoy me ocupa.

Hoy el tema es Nintendo, hoy el tema son los juegos ¿universales?, para todos, hoy el tema es la innovación y como en Japón rinde capitalización y futuro. Y por tanto, si es así en Japón, es así en el mundo, ¿no creen?.

Nota bene: Nintendo, su traducción del japonés sería: NIN – responsabilidad, deber. TEN – El Cielo o los cielos. DŌ – Templo, salón. Se entiende por «confía en lo que el cielo diga», «lo que el cielo mande», «dejar la suerte al cielo» o «en las manos del cielo».
¿No les parece que da que pensar?