¿Nos componen o nos descomponen?
Esa es mi pregunta. La mayoría de las cosas se nos descomponen, y algunas -dicen- se componen. A mí sinceramente las vacaciones nunca llegan cuando tendrían que llegar. Normalmente nos vamos adaptando poco a poco a la inactividad y no disfrutamos de más inactividad, sino que celebraríamos más ritmo. El problema es que las vacaciones casi nunca llegan cuando se necesitan, sino cuando hay que tomarlas. Si vives en un sitio como Madrid, parece que «tienes que marcharte», entre otras cosas porque tienes la sensación de que no hay nadie, cosa que no es cierta, pero todos nos hacemos la idea de que los demás no están, o hacemos como que no estamos, y al final, o dices que te vas de vacaciones o hasta «quedas mal», que paradójico. Este año las vacaciones me están descomponiendo. Primero, porque las empecé muy pronto, justo cuando estaba tomando un ritmo renovado de trabajo; y segundo, porque parece que estás obligado a estar de vacaciones, y tal vez mi lado anarco me impide hacer lo que me exigen. Realmente así no se disfruta.
Por ejemplo, me gustaría escribir, pero en vacaciones solo ocurren cosas de vacaciones; las experiencias no suelen ser interesantes más que si son personales, y estas suelen ocurrir, si ocurren, al final justo del descanso. Al principio, no pasa nada, parece que es obligado descansar, hace sol y vamos a la playa y menos mal que este año por aquí, por Galicia, el agua parece que esta más calentita -alguna ventaja tendría que tener el famoso cambio climático-, y sobre todo, al principio estás como desorientado, algo descompuesto, disperso, y te cuesta hasta hablar. Bueno, hablo de mí, supongo -y deseo- que no le ocurra a todo el mundo.
Total que intentaré mantener vivo el weblog, aunque las condiciones no son las mejores, porque la cabeza parece que no responde. Claro que he llegado a Galicia el día 2 y hoy estamos a 5 y ya me estoy quejando. Bueno, también las vacaciones pasan. La verdad es que yo no siento la necesidad de tenerlas. No creo que sea tan raro, aunque decirlo lo es más. Realmente yo disfruto más haciendo un buen trabajo, poniendo en marcha un proyecto que me motive o teniendo retos nuevos que me permitan aprender y crecer y ver como los demás se benefician de lo que hago. Cada cual tiene sus manías. Me daré un plazo de dos o tres días para acomodarme y a partir del miércoles, como mucho, me reintegraré a la actividad, aunque sea de vacaciones, me permite seguir en forma. En todo caso, me alegro de que disfrutéis de vuestras vacaciones.
Hola Roberto,
como acá en el sur estamos en el período de antivacaciones y, además, éste ha sido un invierno muy pero muy frio y mucho más seco que de costumbre- ¿un top spin del clambio climático? – no puedo sino considerar injustas tus reflexiones vacacioneras. Aunque, debo reconocer, que en verano a mi me pasa lo mismo. Nunca logro hacer todo lo que me preparo para hacer durante las vacaciones y las termino igualmente lleno de proyectos «para cuando tenga tiempo» que al inicio. Algo no nada bien con las vacaciones!
Puse link a tu entretenido y valiso blog en el mio.
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