Innovar es saber mirar un poniente (llamado también ocaso o puesta de sol) como una oportunidad de progreso y de mejora, por “donde va el sol”, la vida, sabiendo que al día siguiente, muy probablemente volverá “a nacer” y nos marcará nuevamente el camino a seguir, el camino de las estrellas, el de la Vía Láctea, el que han seguido los pueblos, en su proceso de mejora, del Este hacia el Oeste.
Porque en lo esencial ha sido así la historia de los grandes desplazamientos sociales, del Este al Oeste, siempre buscando y siguiendo al sol, a la vida. Las fronteras se forjaban en el Oeste, en realidad, el Oeste era la frontera, lo que dividía el hoy del futuro. Por eso no es banal saber «mirar al oeste». Yo tenía un amigo que me confesaba que le encantaban las puestas de sol, pero que le deprimían, y yo me preguntaba como era posible cuando hasta Julio Cortázar las quería para su personaje «un tal Lucas». Siempre pensé en mi amigo, en su depresión, por ver finalmente «caer» el sol en el mar. Sin embargo, cuando voy a Galicia, sólo pienso en contemplar una vez más una puesta de sol, si puede ser con las Cies ocultándolo, y mirando sin perder un segundo nuestro giro y su presencia. Siempre vuelvo con reiteración, a veces llevo mi cámara de fotos, y casi me aburro de sacar una y otra y otra … y así hasta cien o más …. porque quiero retener la vida en mis ojos, quiero verla reflejada en las nubes, quiero contemplar el frio que acompaña el ocaso …. que no es un ocaso, sino una nueva oportunidad …. un horizonte, una esperanza de renovar la vida que nos envuelve. Puede ser algo profundamente religioso, quizás hasta un regreso al mito solar, pero yo sé, y Uds. saben que sólo lo es en la forma, porque lo que yo deseo, lo que yo siento, lo que yo miro, es la belleza, la esplendidez, la aventura, que ese símbolo favorece. Dan ganas de tirarse al mar y seguirlo.
¿Se han preguntado por qué no tenemos jet lag al ir hacia el Oeste, y sin embargo, nos hace sufrir cuando «regresamos»? ¿Se han dado cuenta que la Odisea de Homero, y su Ulisses no cuenta su ida, sino la tremenda dificultad de regresar -y yo entiendo, de volver contra el sol-? ¿Se han fijado que las grandes migraciones históricas, a veces cargadas de crueldad y de invasiones y guerras, y otras llenas de gloria, lo han sido hacia el Oeste? ¿Se dan cuenta que en el fondo de las civilizaciones está la civilización china, y después la mesopotámica y la del Nilo, y que los ancestros de nuestros grandes griegos y atenienses procedían del mundo hindú o similar, y nosotros nos damos en denominar indo-europeos? ¿se han parado a pensar que se habla de «nuestra conquista de América», desde el este hacia el Oeste? y ¿han pensado como es que un país como Brasil tenga las costas llenas de gente, y sin embargo, sus oestes estén todavía vacíos? …. Hay tantas cosas curiosas relacionadas con las miradas al Oeste.
Otro día les contaré algunas más que tengo en mente.