2006 se acaba. Ya sé que es una convención social, pero todos acabamos haciendo memoria y balance. Nos convertimos en observadores y contables. Me toca.
¿Qué voy a decir? No sería políticamente presentable que dijera que las cosas me habían ido mal. Pero tampoco me resignaré a decir lo que ha ido bien.
Ha habido tres campos donde las cosas han funcionado de bien a muy bien. El primero, el programa de Dirección Innovadora de la Xunta de Galicia, dirigido a altos funcionarios, ha sido impresionante. La verdad es que hay muchas razones para eso, alguna de ellas vinculada al planteamiento realmente innovador que se ha realizado, pero la mayoría vinculadas a las personas que han participado, a la sorpresa que les ha producido -como ocurre en otras muchas experiencias similares- que lo más importante no son los contenidos, sino las formas, es decir, que finalmente lo importante son las personas que te acompañan, y que se haya creado el ambiente necesario para que exista cooperación, respeto, intercambio avanzado, positividad y mejora continua. Ese ambiente, ese setting metodológico, ese espacio de aprendizaje favorece el desarrollo de la variable central para cualquier innovación o cambio: la calidad de la intercomunicación entre los participantes, y lo que iba a ser un aprender desde los que saben, acaba también siendo, aprender desde nosotros mismos y a partir de nuestras experiencias, conocimientos y capacidades; en vez de ser juzgados por un organismo superior, nosotros mismos somos capaces de desarrollar capacidades endógenas, les llamamos competencias genéricas, que permiten una evaluación continua, unas ganas especiales de seguir y de aportar, y una aceptación y promoción de la innovación que podíamos calificar de singular.
Ese espacio de comunicación, ese espacio de aprendizaje, se acabó convirtiendo en un espacio de amistad, de confianza y de seriedad profesional. Por eso, el programa ha sido un éxito. También fue importante seleccionar a buenos profesores, pero el fundamento de todo eso ya estaba organizándose en ciernes y haciendo posible que los participantes, se sintieran activos, partícipes, protagonistas, de sus propio aprendizaje. En definitiva, desarrollo endógeno, donde los profesores van perdiendo paulatinamente su papel estelar y van cediendo sus trastos a los auténticos protagonistas y los que tienen realmente mérito, que son los que se atreven a invertir una parte de su tiempo en un proceso de aprendizaje innovador. Una experiencia para escribir mucho y bien. Algo se hará.
El segundo programa que es preciso aludir es el de innovación educativa. Lidero un grupo, que llamamos GIF2006, integrado por veinte profesores, de quince centros y facultades y de dos universidades; un grupo dedicado a la innovación educativa. Los antecedentes del grupo están mucho antes de que se hablara de Bolonia, pero el impulso Bolonia ha venido bien para proyectarnos.
¿A qué nos dedicamos?
Primero, a que nuestras experiencias se trabajen de forma sistemática y puedan ser difundidas y conocidas por otros. Son experiencias, la mayoría de ellas, normales, no exigen demasiado esfuerzo, son posibles para cualquier profesor universitario, sólo se trata de atreverse. Y nosotros le damos la disculpa, la coartada para hacerlo. Muchos de nosotros, casi todos, lo hacemos.
Hacemos cosas innovadoras, cambiamos nuestras formas de trabajo en el aula y fuera de ella, y nos movemos básicamente en dos vectores o ejes de trabajo: uno es el grupo, el grupo de trabajo, como fundamento del desarrollo de espacios de comunicación, de espacios de aprendizaje cooperativo; y otro, es la action-research, la acción-investigación, la acción racional, científica, la acción de investigación para aprender, el aprendizaje a partir de la investigación, de la búsqueda, de la acción misma. A estos dos vectores les añadimos como trasfondo otros dos ejes: uno, de valores que podíamos llamar humanos, pero podíamos también llamar competencias actitudinales, genéricas, que inducen al protagonista, al cliente, al alumno, a hacerse cargo de su propio aprendizaje, es decir, a desarrollar responsabilidad, iniciativa, interés, participación, madurez, en definitiva; y otro, que apoya todo lo anterior, que consiste en crear espacios virtuales diferentes para acentuar este tipo de aprendizaje, de tal forma que los modelos on line sirvan para que el individuo se relacione (grupo), para que actúe e investigue-aprenda (actión-research) y para que desarrolle como persona y ser humano (responsabilidad-madurez). Estos cuatro factores o guías nos han permitido un avance muy importante en nuestro trabajo.
Disponemos de veinte experiencias estudiadas y sistematizadas, las nuestras; hemos hecho ya dos Encuentros de Intercambios de Experiencias, encuentros que no tienen nada que ver con los congresos al uso, y donde todo el mundo puede participar y hablar; disponemos de una web; también estamos montando una revista electrónica; etc. y todo ello lo estamos haciendo basándonos en nuestro propio esfuerzo y nuestra vocación profesional, lo hacemos para difundir, para ser universitarios, para intercomunicar, para aprender de los otros y de nosotros mismos, para universalizarnos, y sobre todo, para pasarlo bien en el aula, y que nuestros alumnos no se aburran, y aprendan, y nosotros no nos aburramos y también aprendamos.
¿Bonito, verdad? Pues así más o menos es. Además, tenemos muchos proyectos, que no es el momento de relatar. Es importante destacar que todo lo hacemos desde plataformas no excesivamente técnicas, aunque conocemos algunas de nuestras influencias, sino de plataformas y experiencias que hacemos todos todos los días en el aula, de cosas normales, de trabajos siempre perfeccionables, pero con la intención de hacerlo bien, aunque no siempre lo consigamos. Ahora también tenemos un blog donde nos mostramos e intercambiamos conocimientos y experiencias con otros profesores del resto del mundo.
Un tercer programa a tener en cuenta en este balance es el programa de investigación. Desde hace años tengo un programa que incide sobre Innovación y Gestión del Conocimiento. Este año se ha publicado un libro, que constituye un tratado sobre la materia, sobre modelo, método, sistemas y herramientas de Innovación. Creo que es la primera vez que se hace un trabajo de estas características. Yo llevo más de veinte años metido en el ajo. Hasta ahora había publicado tres libros y muchos artículos sobre el tema, algunos de ellos disponibles en la red y otros en mis webs. El programa de investigación ha caminado este año por la vía de la consolidación, y también de la búsqueda y ampliación del campo de estudio.
Hasta hace poco dediqué los esfuerzos principales al mundo de las organizaciones, y eso dió lugar a dos libros: «Innovando en la empresa» (1999) y «En la Espiral de la Innovación» (2002), y a varios artículos. Disponemos de una base de datos de empresas innovadoras, que excluyendo a las extranjeras, incluye más de cien empresas españolas, trabajadas de forma sistemática y de acuerdo con un plan metodológico específico.
En paralelo, empezamos a trabajar en experiencias innovadoras en educación. Dado que los procesos de aprendizaje anteceden a los procesos de innovación organizacional y cultural, vislumbramos ahí un campo que hemos ido desarrollando en el marco del GIF2006. Hoy disponemos de cerca de cien experiencias de procesos innovadores educativos en España, todas ellas en activo y que han ido forjando nuestras bases de datos al respecto. También hemos contactado con gran número de organizaciones e instituciones que nos han permitido linkar sus experiencias, y disponer de ellas.
Por último, desde hace tres años empezamos a trabajar en el marco de una institución que se está proyectando cada día en mayor medida, la DETE-ALC (Desarrollo Económico Territorial y de Empleo para America Latina y el Caribe), red de profesionales e instituciones centradas en el mundo de la innovación o desarrollo territorial y social. Un campo especialmente interesante, dada la integración de experiencias que se producen en el campo de los espacios geográficos locales (territoriales) y por tanto, la posibilidad de observar la complejidad de este tipo de desarrollos, que aún siendo «micros» representan conjuntos o estructuras complejas y diversas, donde el conocimiento parcial ha de ir interrelacionado con otros, para facilitar pasos cada día más coherentes, correspondientes e integrados. Somos ya más de 50 los profesionales que integramos esta Red latinoamericana y europea y acabamos de celebrar el tercer Seminario en Montevideo. Lo importante de esto para mi programa de investigación es la oportunidad de incorporar experiencias territoriales y locales, y hasta sociales en mi tarea básica. El curso pasado tuve la oportunidad de disfrutar del encuentro con investigadores y actuadores brasileños, que me mostraron no sólo multitud de fuentes al respecto, sino y sobre todo, algunas de una «densidad» humana, social y también, económica, impresionante. Gracias a extraordinarios profesionales y personas como Tania Zapata, Silvana Parente o Ladislau Dowbor, me fue posible explorar en experiencias territoriales, locales y sociales que «me demostraron» definitivamente que el desarrollo endógeno, tal y como yo creía y propugnaba, es posible.
ánimo en este nuevo año
estoy muy de acuerdo con este punto de vista pero es importante identificar hallazgos claves de toda esta informacion y tomar accion ……..ya que de nada sirve en tener mucha informacion y en planear y planear ….hay que Ejecutar y arriesgar y es donde tenemos mayor informacion y muy posiblemente mayor innovacion…
Saludos desde Monterrey Mexico y un extraordinario año 2007