El compromiso es casi una exigencia en las organizaciones. Se excluye por falta de alineación y de compromiso: hay que alinearse ….. ¿o alienarse?. Sin embargo, comprometerse es un acto de voluntad, algo que depende de lo que nosotros somos y nos reconocen, de lo que hacemos y nos dejan hacer, y, en última instancia, de la responsabilidad. Y a su vez la responsabilidad es muy distinta de la culpa: los responsables dimiten, los culpables van al «averno» a penar sus pecados después de ser cesados. La responsabilidad es un reto de los países latinos, donde el mundo de la culpa está demasiado enraizado en nosotros. Desarrollar responsabilidad es desarrollar personas libres, con cierto grado de autonomía, que pueden pensar y manejar los temas de forma compleja y que son considerados como responsables, es decir, como seres humanos libres. Todo esto tiene mucho que ver con la innovación. Creo que las posibilidades potenciales de innovar tienen que ver con la presencia dominante o no de una cultura de responsabilidad que, en nuestro caso, todavía tenemos un largo camino para hacerla más general.

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