SENTIDO ESTRATÉGICO
“No se llega a ningún lugar a menos que se sepa adónde se quiere ir”, afirmaba William Cohen, y un grupo de alumnos lo pone como divisa de su trabajo.
Lo primero en un trabajo, en un curso, en un proceso, en algo que se emprende, es saber el por qué y el para qué, el sentido de las cosas, lo que importa y lo que no tanto, y por eso, la frase tan repetida de Cohen ha sido también marchamo de las escuelas de negocios de los últimos años. No es suficiente con saber, no es suficiente con tener, no es suficiente con decir; hay que saber adónde ir y por qué. Y esto de “conseguir” o “desarrollar” el sentido común, ése que según alguien, es “el menos común de los sentidos”, por escaso, pues a esto de dar sentido a las cosas y de conferirles horizontes no se le dedica normalmente mucho tiempo en las cosas de la vida y de la empresa.
En definitiva, no importa de donde venga el viento, lo que yo tengo que saber es hacia donde quiero ir, y aprovechar los recursos que tenga para hacerlo posible. No importa ir en dirección contrario, ni tampoco de lado; pero siempre tengo que tener un referente, y ese referente básico es saber donde estoy y saber hacia donde quiero ir ….. tener un proyecto, una estrategia, un horizonte, sino daremos vueltas, quizás sobre nosotros mismos y sobre todo, gastaremos mucha energía que se hará inútil.