Innovación espontánea o diseñada, esa es la cuestión. Basándonos implícitamente en el principio de libertad, hemos contemplado un proceso real de innovación espontánea. De ella, hemos podido aprender mucho, de cómo es posible, cómo aparece, cómo se desarrolla, cómo se consolida y muere. A partir de esa investigación, aunque no sólo, es posible diseñar innovación, pero ahora no reproduciendo las situaciones «espontáneas», sino reduciendo los riesgos y los inconvenientes de la «destrucción creadora», que decía Schumpeter.
