Un cliente satisfecho con calidad, una necesidad cumplimentada con calidad, un trabajador contento cuando puede hacer las cosas bien, ….. todo gira en torno a la calidad. La calidad es el punto de encuentro y el cemento de una organización. Cuando no hay calidad, aparece la desmoralización, la apatía, la huída, la falta de ganas, …… Es difícil contestar a un amigo cuando te dice que tu empresa no tiene calidad. La calidad nos hace. El lema antiguo eran las tres bes: bueno, bonito y barato. La calidad asienta a la organización en su proyecto hacia el cliente y la satisfacción. La calidad es un coste de inversión. Sin calidad, las cosas son más caras para la organización a medio y largo plazo. Se suele decir que una percepción de un cliente de falta de calidad equivale a diez clientes menos. MRW, empresa de transporte urgente, ofrece diez envios por cada envio que no llegue a tiempo y en calidad. Es la regla de la calidad.
Perfeccionar, mejorar la calidad, es como evitar perder el tren de la competencia. Una empresa de calidad no quiebra,, y sus dificultades coyunturales pueden ser superadas en la mayoría de los casos. La calidad y los sistemas adjuntos, especialmente los de mejora continua, permiten que la empresa esté siempre donde tiene que estar, en el primer nivel de la competencia. Sólo hay que fijarse en el modelo Toyota.
Pero la calidad, siendo imprescindible y necesaria, no es el único factor ni la única ruta hacia la innovación. Es más puede agotarse en sí misma, debido a la tendencia estructural hacia lo productivo y tecnológico. Para mí, la Calidad es la segunda Ce, que acompaña a Cliente-necesidad y al factor dinamizador, la inter-comunicación. Tanto la Calidad como la Comunicación reponen y actualizan continuamente nuestro caudal de conocimientos.